El film es un melodrama clásico cuya trama se implementa a partir del conflicto de la protagonista que no puede envejecer producto de un accidente "paranormal" que da inicio al su drama como también lo resuelve.
Con un elenco sobrio donde se destaca -sin mucho esfuerzo- Harrison Ford desde un papel secundario que hace opacar a Michiel Huisman y la la propia actriz protagonista Blake Lively que no logra transmitir más que la distancia hacia el espectador.
Haber elegido a Blake Lively como protagonista, quizás sea el más tremendo error de los productores puesto que la actriz parece incompetente a la hora de generar sentido. Por lo tanto su actuación es inverosímil puesto que una mujer fría, lejana y casi impasible no puede ser nunca las características de una mujer en conflicto y menos cuando en ese conflicto se juega el amor de su vida.
La historia de base es interesante y su narrativa plasmada en el guión está acorde a los parámetros del melodrama clásico con suficientes escenas en donde podría haber derramado alguna lágrima de pena o alegría que la bella actriz nos ahorró con su extrema frialdad e impericia actoral.
La profundidad con la que se dibujan los personajes en el guión es la acostumbrada dentro de la industria de Hollywood que nunca se ha destacado por ahondar en conflicto y personalidades como lo hace el cine europeo o el buen cine argentino.
El film sólo es un buen intento que fracasa.
En fin una muestra más del decadente cine yankie que no para de producir y distribuir películas de escaso o nulo valor.