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Voto de Santiago López:
9
Thriller. Drama Becky es una chica que es detenida en su jornada laboral, acusada de robar dinero de la cartera de una cliente en el restaurante de comida rápida en el que trabaja. Con este arresto comenzará una pesadilla para ella y los que la rodean, y se pondrán a prueba los límites de la prudencia, la legalidad y la docilidad ante la autoridad. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2013
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes que nada: si, se basa en hechos reales. Basta con googlear sobre un caso de los setenta que realmente ocurrieron en algunos McDonald's allá por el año 2004. En la delgada línea que puede haber entre complicidad inconciente e inocencia extraña, Compliance es una gran película. No solo porque está bien hecha en la concepción del típico cine independiente que últimamente Estados Unidos nos proyecta, sino porque perturba, incomoda y con lo que muestra nos ronda la mente mucho después de los créditos. No con su historia. Si con la óptica de Craig Zobel (en su ópera prima) para retratar hechos cotidianos como monstruosos y como parece ser que acatar órdenes nos vuelve pasivos emocionalmente, sin que nosotros emitamos alarma alguna. Mediante una interpretación notable de Ann Dowd (más principal que secundaria y que en sus últimos planos se vuelve terrorífica) y de Dreama Walker (más correcta que destacable en el sentido actoral), la cinta crea y ofrece tensión, pero son los resultados morales los que más nos ponen contra la pared. Si a nosotros nos pasara, ¿llegaríamos tan lejos? ¿Seríamos capaces verdaderamente de permanecer con cordura si un loco/policía nos habla por celular? Está para pensar. En una era en donde pensamos que "si está en Internet es porque algo de razón hay", no es ilógico pensar que es un juego de niños que un tipo del otro lado del celular sea "Dios", más aún si se presenta como representante de justicia. Ya está. No hay armas que tomar. Sólo un "si, señor".
Una buena película. Bien hecha. Con dedicación por parte de Zobel. Difícilisima de ver, con más imágenes perturbadoras que cualquier película gore de terror y con el miedo más importante que por suerte aquí se logra transmitir: somos tan fáciles de manipular.
Santiago López
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