Un mundo fantástico, seres mitológicos, escenarios preciosos, amplios y bien recreados, adaptación extraordinaria, diálogos formidables en todo momento, fotografía abrumadora y actuaciones de vértigo durante todo el film.
Sin duda uno de las películas que pasará a la historia.
Secuela de la novela El hobbit, que terminó por convertirse en una historia de mucho más alcance y extensión, escrita por etapas entre 1937 y 1949 y se publicó por primera vez en el Reino Unido entre 1954 y 1955 en tres volúmenes. Este es el primero y nos mostrará a la perfección todo un mundo imaginado por el escritor J. R. R. Tolkien.
Lo mejor: Su adaptación.
Lo peor: Que tiene pequeños cambios del libro y faltan escenas que podrían estar bien en el film dándole un toque mas de aventuras.
Mejor escena: La minas de moria.
Las frases: ¡Tírate tú la próxima vez, Peregrin Tuk, y líbranos de tu insensatez!
Llegaré, aunque deje todo menos los huesos por el camino. Y llevaré al señor Frodo a cuestas, aunque me rompa el lomo y el corazón.
Certeza de muerte, mínima esperanza de éxito. ¿A qué esperamos?
Curiosidades: J. R. R. Tolkien comenzó ha escribirla en 1917, cuando se encontraba en el hospital tras haber caído enfermo durante la Primera Guerra Mundial y estuvo trabajando el resto de su vida en ella.
El libro tardó más de veinte años en traducirse al español.
Hubo un intento de llevar El Señor de los Anillos a la gran pantalla, ocurrió en 1967, de la mano del director estadounidense Stanley Kubrick, que quería hacer una versión de la novela con los miembros del grupo musical The Beatles como protagonistas: Paul McCartney como Frodo, Ringo Starr como Sam, George Harrison como Gandalf, y John Lennon como Gollum.
A mediados de los años setenta. Se elaboró un guion para una sola película, de unas setecientas páginas y bastante adaptado, en el que desaparecían numerosos personajes, los Nazgûl montaban caballos sin piel, Arwen se convertía en una niña e incluso había una escena de sexo entre Frodo y Galadriel.