Hay un militar de alto rango juzgado y acusado por crímenes de lesa humanidad, cuyo fallo resulta nulo en el contexto de una esposa fría y distante, una hija médica y una nieta adolescente. Hay empleados de servicio en la casa que deciden dejar el lugar por miedo, quedando solamente el ama de llaves, y así comienza este relato cuando el "exonerado" militar regresa a su domicilio en medio de una muchedumbre plantada en la puerta de su mansión cuya presencia persiste toda la película reclamando justicia por los muertos.
Alma llega al domicilio para asistir al Ama de llaves, desde que se abre paso entre la multitud destaca su belleza y ojos tristes y profundos. Se incorpora a la casa y establece empatía con Sara, la pre adolescente nieta del militar, relación que es correspondida. Por las noches aún antes de la llegada de Alma a la casa se dan una sucesión de eventos durante las noches donde un llanto y algunas imágenes vehiculizan que este señor saque su revólver de su arsenal de guerra y dispare contra todo lo que le parece o cree que es un extraño, aún a riesgo de lastimar a su propia familia y hacen que se entrelace con algún síntoma de demencia senil. La mayor virtud del relato es como a lo largo de la película nos vamos dando cuenta que su mujer no es tan fría ni insensible, su hija termina dudando si el padre de Sara la abandonó o lo hicieron desaparecer, en un contexto en que resalta el patriarcado egoísta de ese hombre, como si no quisiera que ningún otro hombre le "toque" a sus mujeres, y una compulsión vomitiva hacia toda forma femenina sobre todo si es una mujer nativa, sabido y soportado en silencio por su mujer durante toda su vida. Roza el género fantástico pero no es terror y tiene unas secuencias oníricas interpretadas por su sufriente y silenciosa esposa en que ella abraza a dos pequeños e intenta escapar por los campos. Los últimos minutos están quirúrgicamente calculados para no caer en una fantasía burda. Es cierto que su familia practica sesiones de espiritismo, de hecho el plano de apertura así lo muestra, Bustamante decide cerrar la historia con algunos sucesos relacionados que permiten redimir a las victimas inocentes, a los convivientes del genocida inocentes también pero que ya son conscientes que están al lado de un asesino despiadado y deben soportarlo en esa mórbida ambivalencia. Excelente uso del audio (muchedumbre de fondo, el llanto de una mujer por las noches, momentos funcionales al suspenso de lo inmediato y grave) , uso del lenguaje cachiquel en muchas secuencias y una gran belleza estilística. La interpretación de Gaby Moreno de la Llorona muy adecuada también para esta historia. Un relato para apenas imaginar los horrores que llenan de sangre y sufrimiento muchas regiones de América Latina .