Excelente actuación de Franz Rogowski que nos muestra que un actor alemán puede ser muy bueno actuando aunque no trabaje en Hollywood. (Cualquier similitud que encuentren entre este actor y Joaquin Phoenix es pura coincidencia, evidentemente ambos tuvieron labio leporino y fueron operados en la infancia) Este encarnando al personaje de Georg, a quien le piden entregar un par de cartas en un hotel a cambio de algún dinero, comienza su travesía de desencuentros, búsquedas, depresiones pero una constante determinación que hace que sin querer se confunda su identidad con la de un escritor que se suicida en un hotel de París y cuya esposa estaba en el puerto de Marsella, de hecho su similitud física hace que tengan algunos cruces de miradas en los que Marie ( Paula Beer) pareciera confundirlo con su esposo al que busca durante toda la película. Muy oportunas las visitas a los consulados tanto el mexicano como el estadounidense con los diálogos en cada uno. Georg es un tipo muy sufrido y noble también, esos personajes que necesitamos encontrar en las películas cada tanto porque nos dan esperanza. Tambien su relación con Driss el niño africano que vive con su madre viuda con quien desarrolla una afectuosa relacion. La mujer de los perros en evidente desventaja pero que hasta último momento no pierde el control y la desesperanza le juega una mala pasada. Excelente adaptación literaria, no es una película convencional pero como no siempre estamos en un puerto y podemos contar historias viendo estos personajes podemos aprender mucho.