Pelicula totalmente simbólica, que como bien dicen divide dos etapas en la obra de este cineasta, una de más realismo y otra de simbolismo. Fue muy analizada por su gran impacto internacional e inmortalizada por la escena con Anita Ekberg en la Fontana di Trevi y que más allá de todos los análisis e interpretaciones que se le han hecho, por estos días hay algunas cosas que para mí cobran una vigencia inusitada. La interferencia en la comunicación, plasmada desde la primer escena...en el idioma cinematográfico que usó Fellini donde un motor de helicóptero impide que se entienda un cambio de palabras y en una escena final donde el ruido del mar surte el mismo efecto. Es uno más de los ejemplo donde el trabajo creativo nos dá testimonio al pasar los años que ciertas cosas comienzan a cumplirse como una profecía. (continúo en zona Spoiler)