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España España · Albacete
Voto de NeoJ:
6
Ciencia ficción. Acción En el año 2018, el mundo se encuentra agrupado en seis corporaciones: Energía, Alimentación, Lujo, Vivienda, Comunicación y Transporte. La tranquilidad social es absoluta, pero la gente carece de libertad. Se desahogan con el Rollerball, un violento juego que pone en peligro la vida de los jugadores. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Norman Jewison se inventa un deporte y lo mete dentro de un futuro distópico donde la sociedad corporativa es el modelo. Ya ni siquiera estamos hablando de megacorporaciones de contextos cyberpunk que dominan con gran poder el devenir de los ciudadanos, si no directamente corporaciones que controlan al 100 % cada uno de los recursos básicos y que toman decisiones sobre el devenir del planeta tierra.

Y el Rollerball, en todo esto, forma un papel fundamental. La opresión camuflada de los monopolios extremos tiene válvula de escape en un deporte tremendamente violento mezcla de rugby y patinaje en un velódromo. Deporte donde un muy inspirado James Caan es figura indiscutible e ídolo de masas, por lo que acaba convirtiéndose en un caramelo irresistible para los intereses de estas corporaciones.

Rollerball coquetea con lo trascendental. La primera hora es fabulosa: un partido por aquí que sacia tus ansias palomiteras y reflexiones sociológicas por allá que hacen que vuelvas a activar tu cerebro. El problema es que no acaba de explotar y todo se queda en anecdótico. Sin embargo, la semilla era tan buena que, aunque no acabe de germinar como debiera, el espectador disfrutará de un trabajo mucho más profundo de lo que a simple vista puede parecer. Rollerball es divertida, y mucho más sesuda de lo esperado.
NeoJ
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