Tiene un 3 y dos de esos puntos van sólo por escuchar Bohemian Rhapsody.

Increíblemente aburrida. A pesar de siempre haberme visto atraído por el universo DC la realidad es que, después de estos crossover de Batman VS Superman y Escuadrón Suicida, DC parece que tiene a día de hoy 12 años y Marvel 30, y eso que incluso detesté la adaptación de Civil War.

Escuadrón Suicida resume en unas tediosas dos horas lo peor del género de superhéroes actual. David Ayer debió fijarse más en Tim Miller y su Deadpool para intentar hacer una comedia con todos los magníficos ingredientes que tenía, pero lo único que consigue es provocarnos bostezos ante un innumerable cúmulo de despropósitos. Slipknot es el villano que mejor define lo que es Escuadrón Suicida.

Ni siquiera voy a malgastar tiempo en hablar de lo lamentable que es el Joker de Jared Leto, al cual no juzgué hasta que lo vi en pantalla -muchos le dieron por nefasto en cuanto salió la primera foto del Joker tatuado, pero no es ése mi caso-. Sí que malgastaré un poco más en Margot Robbie, uno de los reclamos de la cinta, que lo hace bien pero su personaje no está todo lo bien llevado que debería. Deadshot tampoco es que maraville pero parece tirar de galones en los momentos más difíciles. Del resto de personajes uno ya casi ni se acuerda.

Podría haber sido mucho más, pero ni siquiera vale como espectáculo visual. Su desarrollo nocturno lo convierte en una de esas películas donde existen buenos efectos pero quedan ensombrecidos. Una de esas películas incómodas de ver. La escena del bar, larga y aburrida hasta el punto de llevar tu mente fuera de tu cuerpo, es el colofón a una de las peores películas de superhéroes -supervillanos- que he visto.