En el fondo agradezco aquella floja Elysium que de alguna manera mermó mi amor por Blomkamp. Esa película hizo que recibiera Chappie sin demasiadas esperanzas, y es lo que descubriera en ella una de las producciones que más me han gustado en 2015.

No es Distrito 9, pero está a la altura. Puede que algunos la vean demasiado parecida en su desarrollo, pero lo cierto es que Chappie se gana tu corazón desde el primer minuto. Eso sí, extraña que Blomkamp se alejara tanto del "entorno social" que ya vimos en Distrito 9 e incluso en sus cortos Tetra Vaal y Tempbot. No hay un mensaje tan sonoro en Chappie como quizá cabía esperar después de haber visto todas esas producciones, pero lo cierto es que no me importó demasiado.

Agradecí -tal y como me pasó en Ex Machina- que la película no se metiera en cuestiones existencialistas sobre robótica, temática que se nos está repitiendo una y otra vez en cualquier producción del género. En Chappie hay mucho más corazón que alma, y aunque Blomkamp a veces parezca un tanto superficial todo juega a favor de ello.

Muy pocas pegas se le pueden poner a una película de uno de mis géneros favoritos dirigida por uno de mis directores favoritos -junto a Kosinski mis grandes esperanzas de la ciencia ficción actual-. Quizá se pasan un poco con la promoción de Die Antwoord, y quizá tiene pasajes demasiado ridículos que van más allá de lo simpático, pero ni siquiera eso me sacó de la película.

La única pregunta que ahora mismo me viene a la cabeza es qué va a hacer Blomkamp. Todos sabemos que después de sus proyectos sobre Alien deberá dar un paso más, porque como digo Chappie brilla con luz propia pero en el fondo no es un avance considerable con respecto a Distrito 9. Su única desviación de esa línea -Elysium- ya se comprobó que no fue muy memorable, así que tengo dudas sobre si Blomkamp es capaz de ofrecer una sensación diferente. En cualquier caso, que le quiten lo bailado.