Probablemente en su época, esta comedia se viera como una copia de Hot Shots o de Agárralo como Puedas. No es poca la absurdez de esta película, así que la comparación es más que evidente. Sin embargo, el efecto ha sido el contrario por el paso del tiempo debido principalmente a la ausencia (desafortunadamente) de comedias de este tipo de calidad.

Con el arma a punto, a día de hoy, aunque a nivel inferior, es una de las mejores comedias absurdas. Los intentos actuales de hacer comedias absurdas son muy deficientes e irregulares, y pasan más por el intentar contentar a jovenes adolescentes en lugar de realizar una comedia inmortal como puede ser este caso. Ver a Samuel L. Jackson con sus ataques nerviosos o la especie de cameo de Charlie Sheen es sencillamente impagable.

Los gags, todos muy buenos, tanto visualmente (en ese segundo plano donde pasan tantas cosas) como en algunos diálogos. Con el arma a punto es una de esas joyas muy ocultas de las que por desgracia no hay todas las que debería, que han envejecido sensacionalmente y que, aunque sea una especie de copia de las más grandes del género es igualmente buena solo por el hecho de que hay demasiado pocas.