Una entretenida película de la que es imposible escapar. Cualquier persona que no viva en una cueva o que esté en apropiadas condiciones mentales ha tenido que chocarse con alguna de estas criaturas ideadas por Universal que han tenido nuestras ferias y habitaciones de un profundo color amarillo.

Los minions es la definición máxima del spin off. Una película divertida, directa y hecha para extender un universo o por lo menos para definir algo más sus límites. También es una película intrascendente con poco o nada que aportar argumentalmente.

Lo cierto es que no nos importa mucho que los minions tengan uno de los peores tratamientos narrativos o de guión que hemos visto en los últimos años. De hecho hasta lo agradecemos porque cada vez que la película intenta meterse en su historia acaba provocando más bostezos que interés. Y sin embargo cuando los minions se dedican a no hacer nada o a perderse por centros comerciales y calles londinenses la película hace que abras los ojos y quieras seguir riendo durante todo su metraje.

Es una película de corte infantil con un público objetivo bastante claro. No es una película aburrida para los adultos pero todos sabemos de qué hablamos cuando una película de animación también es perfectamente válida para diversos públicos. Tampoco hay que confundirse, los minions es una película muy bien hecha que se alejan del tufo de videoclub que vemos en algunas películas (mayormente secuelas para videoclub) de animación.

Podría haber sido una película un poco más gamberra. Incluso Gru tiene ese puntillo cafre que le pido a los minions. En cualquier caso es bastante divertida sobre todo en su principio con ese inicio que hubiera firmado Francisco Ibáñez para Mortadelo y Filemón.

De todas formas tiene toda la pinta de que habrá más oportunidades porque la fiebre amarilla no parece haberse curado. Las arcas de Universal también piensan que Subverso se puede expandir un poco más. Que vayan haciendo más sitio.