La Amenaza Fantasma es una película bastante innecesaria en su conjunto. Vale que el señor George Lucas quiere ir de tres en tres en cada una de sus sagas, y de alguna manera no me parece mal, pero de esta Amenaza Fantasma sólo podemos extraer unos veinte minutos que realmente aporten algo a la historia. El resto de la película se mueve entre lo anecdótico y lo superficial, con discusiones políticas que posicionan piezas pero que son tremendamente aburridas para el espectador, y partes más divertidas como la carrera de vainas pero que tienen trascendencia nula.

Es una película muy familiar, muy para todos los públicos. No es que eso esté mal, pero uno esperaba algo un poco más profundo. La Amenaza Fantasma no es más que un prólogo, lo cual plasmado en un libro debería durar dos o tres páginas como mucho.

Liam Neeson no está mal en su papel de Jedi veterano, pero Ewan McGregor decepciona un poco como Kenobi -uno de los alicientes de la película-. Mejor Natalie Portman en su papel de Amidala. Claro, que mucho mejor todo el reparto humano que lo que tiene que ver con Jar Jar Binks, una criatura bastante prescindible que parece sacada de una comedia de negros patosos. En cualquier caso nada que destacar para una película que se basa en sus efectos, los cuales tampoco creáis que han envejecido demasiado bien. En concreto, los lugares tridimensionales hechos por ordenador se ven ya un poco obsoletos y faltos de texturas.

No es interesante, pero se deja ver. Algo así como cuando te gusta una película bastante pero luego ves su versión extendida y ves que no aporta nada de nada. La Amenaza Fantasma serían esos minutos de dicha versión.