Sentimientos tremendamente enfrentados con esta película de John Woo. Si bien la primera parte también tenía sus debilidades, ésta es una de esas películas que casi mejor no tomarse en serio.

Mi yo del pasado, el de pre-adolescencia o por ahí, estaba encantado con esta película. Tom Cruise pegando tiros a diestro y siniestro con la cámara lenta como protagonista, embutido en una gabardina y dando piruetas mientras esquiva todo tipo de explosiones y balazos como si John Woo hubiera estado viendo Matrix las 24 horas del día. También Tom Cruise haciendo locuras con una moto de gran cilindrada con la cual hasta se atreve a hacer un "stoppie", o conduciendo un precioso Boxter para marcarse unos trompos al borde de unos acantilados. No podía pedir nada más.

Ahora, más crecido -y más aburrido-, la película se me antojó tremendamente estúpida. Tiene sus partes buenas, pero se decanta por la más extrema comercialidad en detrimento del espíritu de la propia saga. Me sigue gustando todo eso, no nos engañemos, y es algo que no cambiará dentro de mí nunca, pero eso no quita para que vea demasiada estupidez asomar. Sin ir más lejos la primera media hora es tremendamente ridícula, llena de sobradas por todas partes y de cosas que no vienen a cuento, con la negligencia como mayor "virtud" de un Tom Cruise encantado de haberse conocido. Luego la cosa mejora en cuanto a argumento, realización y todas esas cosas. Sí, seguían existiendo las sobradas, pero estaban más fácilmente metidas y no como antes que no entraban ni con vaselina.

Así que hablar de Misión Imposible de alguna manera me resulta más una odisea que algo cómodo. Basta con oír la banda sonora para saber a lo que atenerse: cambiamos la música intrigante y simple por el nu metal de chandal y gorra de Limp Bizkit o aquellos Metallica en evolución hacia... no sé hacia qué. Divertido -que por otra parte para mí cuenta mucho- un rato, pero cuanto menos asimiléis lo que estáis viendo mejor.