Divertidísima comedia con un fondo que no puede ser más dramático. Pero Tom Fernández, gracias a unos intérpretes en estado de gracia, consigue que el espectador se ría en todo momento a cuenta de las vicisitudes de unos bastante chorras personajes, con más fallos en su vida que una escopeta de feria, pero también con una vitalidad y simpatía desbordantes.
Esto se consigue con una gran labor de guión, que no pierde la cara en ningún momento a los diversos dramas que componen el mosaico humano que pulula por la cinta, pero que consiga que nos divirtamos con ellos, y al final les amemos.
Momentos de gran ternura, donde la amistad es la moneda de curso corriente, aunque tenga que superar diversas pruebas a lo largo del metraje.
No, no es que sea creíble el argumento, es más bien verosímil, aunque no hay quien se crea diversos acontecimientos, por ejemplo el cambio que da uno de los amigos, el "oficial de primera". Pero Tom Fernández hace que nos lo traguemos con patatas dada su positividad y simpatía.
La verdad es que te lo pasas muy bien y deja un inmejorable sabor de boca, entre otras cosas gracias a las inmejorables interpretaciones y un guión con mucha humanidad y una preciosa música.