Ingeniosa película del género "grandes robos", si es que existe tal género cinematográfico.
Se trata de una película elegante y sutil, con dosis de comedia y muy bien planificada y narrada.
Sus primera hora es muy buena, con la exposición, elaboración y finalización del plan, y más tarde sigue estando bien, aunque algo menos.
Le peor, mejor dicho, lo menos bueno es su final, sus últimos cinco minutos, un tanto rebuscados, facilones y sin mucha lógica.
Pero mientras se sigue con verdadero interés, gracias a un cuidado guión y unas excelentes interpretaciones, con el trío Michael Caine, Shirley McLaine (los dos guapísimos y ella prodigiosamente vestida y sin decir palabra hasta el minuto 28 de película) y el gran Herbert Lom, siempre estupendo en cualquier papel que haga.
Muy amena, hace pasar un muy buen rato.
Tras verla, he leído por ahí que tuvo mucho éxito en su momento, olvidándose poco después. Quizás no sea extraño, pues mientras se ve se disfruta de veras, pero es cierto que no logra conservar mucho más allá su agradable aroma.