Tras un largo periodo de tiempo en el que, por diversas razones, no he escrito críticas en filmaffinity, me siento motivado para criticar (¿o arremeter contra ella?) esta película.

En un mundo dominado por el sexo como meta última e importante para que una persona sea "triunfadora" en la vida y por el modo totalmente superficial y carente de empatía de concebir las relaciones sentimentales, películas de este tipo son peligrosas y hay que verlas con mucha cabeza, sobre todo teniendo en cuenta que puede ser visionada por gente altamente influenciable (adolescentes, por ejemplo). Ojo, no estoy en contra de la gente que tiene sexo sin compromiso con diferentes personas a lo largo del tiempo; estoy en contra de visualizar eso como "lo más" y "la única meta a aspirar en este mundo".

"50 Shades of Grey" (soy así de fino y lo pongo en V.O.) es una novela de éxito masivo y de, según gente docta en literatura, dudosa calidad que no he llegado a leer, pero gente cercana a mí sí, así que no me cogió por sorpresa el argumento (a pesar de haber sido "spoileado" muchísimas veces por la prensa, radio, televisión, etcétera). Como casi todo éxito literario que se precie su salto al cine era inevitable, así que en febrero de 2015, cuadrando con la semana en la que se celebraba San Valentín, mártir romano ejecutado por casar por el rito cristiano, se estrenó el largometraje basado en el primer libro de la trilogía de la historia de Christian Grey y Anastasia Acero. Buena campaña de mercadotecnia desde luego. Chapó.

Tras esta tediosa a la par que pretenciosa introducción, vamos al meollo del asunto. ¿Qué cuenta y ofrece esta película? Narra la historia de Anastasia, una joven estudiante de filología inglesa en la Universidad de Seattle, que por circunstancias de la vida, tiene que entrevistar al apuesto y triunfador empresario Christian Grey. Las hormonas empiezan a revolotear en su primer encuentro y acaban enrollándose; hasta aquí todo bien y hasta cierto punto posible y plausible, pues bien... Resulta que desde adolescente al chaval le va el sado, con lo que incita a la chica a probar. La cosa se complica por la rudeza de la situación y empiezan los enfados, las riñas y los replanteamientos de las cosas.

Siendo honestos, poco salvo de este largometraje: Las vistas/ambientación de Seattle y Savannah (estaba un poco harto de que el grueso de películas estadounidenses se ambienten en San Francisco, Los Angeles o Nueva York) y Jamie Dornan, que a pesar de tener un papel así logra salvar el tipo con su actuación; tendré que verlo en otras películas. El resto me parece cochambre de primera categoría: Actuaciones mediocres (a lo sumo) o intrascendentes de personajes poco carismáticos (destaca Dakota Johnson), guión que acelera mucho los acontecimientos o los muestra de forma muy disparatada con un mensaje de dudosa moralidad o frivolidad (que alguien te acose y te posea es sinónimo de que te ama), dirección muy justita (vaya forma más chapucera de rodar las escenas de sexo) y, lo peor de todo... El hecho de que no sea el final y vaya a haber secuelas, abarcado los otros dos libros de la triología.

Compadezco mucho a aquellas personas que se vieron forzadas a ver semejante despropósito de película. Me recuerda esta situación a lo acontecido en 1997-1998 con "Titanic".

Espero no haberos aburrido demasiado con esta crítica y, me despido ya.