La serie HANNIBAL estuvo luchando conmigo largo tiempo hasta que logró transformarme.

Yo era parte de ese sector del público cargado de "pre-juicios". Ese sector que juzga todo sin siguiera molestarse en verlo.
Así que la taché, la negué por tres veces. La última negación fue incluso después de ver parte del primer capitolio.
¡No!- Me decía- ¡Este no es MI HANNIBAL, esto es oportunismo barato. No pienso molestarme en ver este subproducto innecesario! Y la borré para siempre de mi mente... O eso creía.
No mucho tiempo después, un amigo del género me comentó que estaba fascinado por la serie... a partir de ese momento todo se vuelve difuso.

Sólo puedo recordar, bajo sesiones de hipnosis, una serie de... tres temporadas que devoré con extrema avidez. Totalmente diferente a las películas y llena de nuevos aromas y exquisitos sabores al paladar.
Exquisita elegancia/sadismo.
Magníficas interpretaciones/paranoia.
Un guión inteligente/manipulación.

Diálogos brillantes a media voz, susurrados lentamente, para hacernos sentir como en una sesión con nuestro psiquiatra, con esa aparente calma elegantemente diseñada para hacernos sentir seguros y relajados. Nos abrirnos íntimamente, completamente vulnerables ante esa persona susurrante y dogmática que nos manipula para lograr sanarnos o para lograr...
Como en una psicoterapia, la mitad de las imágenes son "reales", y la otra mitad son imágenes del subconsciente que se entrelazan y vuelven a entrelazarse hasta hacernos dudar de nuestra propia cordura.
¿Nos vemos arrastrados, seducidos, atraídos por el mal o lo llevamos intrínsecamente en cada uno de nosotros?
Recuerdo un gran presupuesto, con maravillosas localizaciones y unos efectos especiales soberbios. Gore en medio de imágenes intensamente escabrosas e impactantes, que se quedarán grabadas para bien o para mal en el subconsciente...¿o ya estaban ahí?

Quería ver otras series, deseaba ver películas. Pero HANNIBAL me tenía atrapado. Estaba jugando conmigo, por que el está siempre jugando, jugando con todos.

Sabía que estaba cambiando, que me estaba transformando y que HANNIBAL nos cortaría el cuello a todos y se quedaría tan tranquilo. Para el somos ganado... somos corderos.
No podía vivir con el, pero tampoco sin él. Así que tenía que llegar al final, al final de la serie.

Y ese final fue tan...

Hasta ahí llegan mis recuerdos, recuerdos que no olvidaré, recuerdos que recomendaré a todo aquél que quiera disfrutar de una obra de arte llamada HANNIBAL.