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Voto de davilochi:
8
Drama
Al final de la guerra, una joven embarazada vuelve a su casa en Croacia, pero la familia no sabe todavía que el padre de su hijo es asiático. (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nuevamente nos encontramos con una propuesta muy interesante procedente del cine balcánico y una vez más con la polifacética Daria Lorenci como protagonista, una actriz de desbordante y convincente feminidad - lo deja sobradamente claro en otras películas como "Behind the Glass" o "Just Between Us". Hoy por hoy la sarajevita, mujer de curiosa y fascinante belleza, puede ser considerada con toda justicia una de las grandes de la interpretación en el cine de los países de la antigua Yugoslavia. De hecho Lorenci y Svilicic colaborarían poco después en "Armin", representando la primera un papel secundario en ésta. "Sorry for Kung Fu" fue la primera película con la que el joven director se dio a conocer como realizador, sin embargo hay que tener en cuenta también su faceta de guionista mostrada en importantes películas como "Metastases". Sea como sea se nota en sus películas la deuda contraida con el hecho de pertenecer a una familia de periodistas y de haber entrado en el mundo del trabajo a través de este gremio. En cierto momento de su carrera profesional se sintió con fuerza para expresar sus inquietudes por medio del cine, quizás considerando que éste era un medio más efectivo para llevar a cabo la crítica social y política que caracteriza tanto sus films como sus guiones. De hecho "Sorry for Kung Fu", "Armin" y "Metastases" portan un mismo espíritu bajo enfoques diferentes, podríamos decir que componen una trilogía de cine social croata en torno a los efectos de la guerra de independencia en la Croacia del siglo XXI. Su próxima película, "Two Sunny Days", parece que va a ser aún más ambiciosa que las demás, de modo que nos deparará emociones fuertes.
En este caso nos encontramos con una película ambientada en esa nueva Croacia, precisamente en la vuelta de una joven, Mira, que se marchó de su país a Alemania - como tantos otros - para escapar de la guerra. Esos campos de piedras situados en las tierras altas de Dalmacia nos traen a la memoria reminiscencias de otra fantástica película - en este caso yugoslava - como sería "Virdzina". Un paísaje despiadado que podría estar situado en cualquier pueblo entre Knin y Gracac, desolado por cuatro años de conflicto étnico. De forma que nos encontramos en territorio de la antaño autoproclamada República serbia de la Krajina, ahora completamente croata tras la expulsión de la población serbia durante el mes de agosto de 1995. Sabemos esto gracias a las referencias que lleva a cabo la propia Mira, que nos informa de que el tejado de la casa de sus padres ha sido recientemente reparado, quienes seguramente tuvieron que huir de allí a toda prisa ante el peligro de sufrir la peor parte de la limpieza étnica (si no es suficiente el hecho de perder tu casa y todo lo que hay dentro de ésta, además de la separación de la familia a causa del conflicto).
En este caso nos encontramos con una película ambientada en esa nueva Croacia, precisamente en la vuelta de una joven, Mira, que se marchó de su país a Alemania - como tantos otros - para escapar de la guerra. Esos campos de piedras situados en las tierras altas de Dalmacia nos traen a la memoria reminiscencias de otra fantástica película - en este caso yugoslava - como sería "Virdzina". Un paísaje despiadado que podría estar situado en cualquier pueblo entre Knin y Gracac, desolado por cuatro años de conflicto étnico. De forma que nos encontramos en territorio de la antaño autoproclamada República serbia de la Krajina, ahora completamente croata tras la expulsión de la población serbia durante el mes de agosto de 1995. Sabemos esto gracias a las referencias que lleva a cabo la propia Mira, que nos informa de que el tejado de la casa de sus padres ha sido recientemente reparado, quienes seguramente tuvieron que huir de allí a toda prisa ante el peligro de sufrir la peor parte de la limpieza étnica (si no es suficiente el hecho de perder tu casa y todo lo que hay dentro de ésta, además de la separación de la familia a causa del conflicto).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El monótono paisaje rural se ve aderezado por la presencia de veteranos de guerra que languidecen lentamente en la contemplación de la contemporaneidad ante la falta de quehaceres.
El núcleo central de la película gira en torno al choque de marcos de referencia. Mira ha estado durante varios años (no sabemos cuántos exactamente) en Alemania, finalmente vuelve debido a la cancelación de las ayudas que el gobierno germano concedía a los refugiados del conflicto yugoslavo. Allí había tenido la ocasión de escapar del ya de por sí enrarecido marco cultural, social y político de la Croacia de los años de la guerra y del periodo inmediatamente posterior. Gracias a eso pudo entrar en contacto con una realidad completamente nueva que los jóvenes de la antigua Yugoslavia - y más en un pueblo perdido de la Alta Dalmacia - sólo podían presentir gracias a la música llegada de Occidente y a los turistas que de forma creciente se acercaban a las costas croatas a finales de los 80. Caer de pronto en lugares como Austria, Alemania, Suiza, Italia o Inglaterra (véase "Huddersfield", una genial película serbia con un planteamiento similar) fue poco menos que un shock para una juventud acostumbrada a un modelo cultural patriarcal y opresivo y a una política y economía paternalistas. Pero el verdadero shock sobrevendrá en el momento en que muchos de estos jóvenes, por unas u otras circunstancias se vean abocados a volver a su lugar de origen, como ocurre con la propia Mira. En ese momento descubrirán, para desconcierto suyo, que las cosas en casa no han cambiado hasta el punto que hubieran podido desear dada su nueva situación. Esto es precisamente lo que le ocurrirá a la protagonista al reencontrarse con sus padres, católicos, sometidos a la mentalidad cruel, xenófoba e inclemente del ámbito rural que, además, ha sido reforzada por los marcos de referencia surgidos durante la guerra.
Pero el único problema no va a ser el trauma producido por el choque de mentalidades, sino que algunos, como Mira, portarán el legado físico de ese cambio que han sufrido en ese nuevo mundo del que vienen, algo de lo que no se pueden deshacer y que los marcará para siempre en la opresiva realidad de su lugar de origen. En este caso nos encontramos con una protagonista que regresa embarazada como producto de una anterior relación sentimental con un asiático. Afrontar ante sus padres algo como esto será verdaderamente difícil, tanto es así que preferirá esperar a dar a luz la verdad. No obstante en el regreso de todos esos jóvenes y refugiados ha estado a lo largo de los últimos años uno de los principales activos para el cambio en los nuevos estados independientes surgidos de la guerra.
El núcleo central de la película gira en torno al choque de marcos de referencia. Mira ha estado durante varios años (no sabemos cuántos exactamente) en Alemania, finalmente vuelve debido a la cancelación de las ayudas que el gobierno germano concedía a los refugiados del conflicto yugoslavo. Allí había tenido la ocasión de escapar del ya de por sí enrarecido marco cultural, social y político de la Croacia de los años de la guerra y del periodo inmediatamente posterior. Gracias a eso pudo entrar en contacto con una realidad completamente nueva que los jóvenes de la antigua Yugoslavia - y más en un pueblo perdido de la Alta Dalmacia - sólo podían presentir gracias a la música llegada de Occidente y a los turistas que de forma creciente se acercaban a las costas croatas a finales de los 80. Caer de pronto en lugares como Austria, Alemania, Suiza, Italia o Inglaterra (véase "Huddersfield", una genial película serbia con un planteamiento similar) fue poco menos que un shock para una juventud acostumbrada a un modelo cultural patriarcal y opresivo y a una política y economía paternalistas. Pero el verdadero shock sobrevendrá en el momento en que muchos de estos jóvenes, por unas u otras circunstancias se vean abocados a volver a su lugar de origen, como ocurre con la propia Mira. En ese momento descubrirán, para desconcierto suyo, que las cosas en casa no han cambiado hasta el punto que hubieran podido desear dada su nueva situación. Esto es precisamente lo que le ocurrirá a la protagonista al reencontrarse con sus padres, católicos, sometidos a la mentalidad cruel, xenófoba e inclemente del ámbito rural que, además, ha sido reforzada por los marcos de referencia surgidos durante la guerra.
Pero el único problema no va a ser el trauma producido por el choque de mentalidades, sino que algunos, como Mira, portarán el legado físico de ese cambio que han sufrido en ese nuevo mundo del que vienen, algo de lo que no se pueden deshacer y que los marcará para siempre en la opresiva realidad de su lugar de origen. En este caso nos encontramos con una protagonista que regresa embarazada como producto de una anterior relación sentimental con un asiático. Afrontar ante sus padres algo como esto será verdaderamente difícil, tanto es así que preferirá esperar a dar a luz la verdad. No obstante en el regreso de todos esos jóvenes y refugiados ha estado a lo largo de los últimos años uno de los principales activos para el cambio en los nuevos estados independientes surgidos de la guerra.