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Voto de davilochi:
7
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6,6
72
Drama
Bosnia, 1997. Cuatro mujeres jóvenes, dos ancianas, cuatro niñas, un anciano y un niño viven en Slavno, un pueblo destrozado por la guerra. Sus familias han sido asesinadas y no se han encontrado los cuerpos. Las mujeres han creado un mundo muy especial donde los ausentes siguen presentes. Intentan sobrevivir a través de los recuerdos y los sueños. Sin darse cuenta, han convertido el pueblo en un mundo de ensueño. Slavno siempre está ... [+]
12 de noviembre de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de la película, "snijeg" o "nieve" en castellano, hace aparición en varios momentos de la película, sobre todo acompañando a las huérfanas de la pequeña comunidad bosniaca que nos presenta el film. Como elemento simbólico viene a articular el desarrollo del film, es la clave para entender su contenido. La nieve ha sido interpretada a lo largo de la historia como un símbolo de abundancia siempre que ha hecho presencia en el tiempo que le corresponde ("año de nieves año de bienes"), no obstante su aparición en fechas atípicas sería indicativo de soledad y muerte. En mi opinión Aida Begic juega con ambos sentidos a lo largo de la película con el propósito de destacar la difícil realidad en que se mueven las protagonistas (la mayoría son mujeres, aunque hay que contar con la presencia del derviche y el huérfano, muy importantes): desde la introspección en el recuerdo de un pasado doloroso y atroz que impide mirar al futuro de modo abierto en tanto que aún permanece abierto en forma de heridas que supuran constantemente a las esperanzas de lograr escapar de esa situación de parálisis en que las ha sumido el pasado más inmediato (la película se sitúa en el año 97, es decir, dos años después del final de la guerra).
De un modo u otro esta película se puede relacionar con el film de Zbanic, "Grbavica", el tema es el mismo: las secuelas de la guerra, y las protagonistas también son mujeres. Ambas dos se complementan a la perfección y nos dan una visión global de las heridas permanentes abiertas en el alma de la víctima de la violencia. En este caso contamos con excelentes actuaciones, a destacar la de Zana Marjanovic, por la profundidad de la que dota al personaje (que dice mucho más con los gestos que con las palabras, he aquí la clave de su virtuosa actuación). En cualquier caso hay que decir que el reparto era excelente y es difícil no sacar un buen partido a un proyecto con tal elenco de artistas. Desde mi punto de vista el guión no es para nada pobre, es justamente lo que debe ser y creo que Aida Begic era muy consciente de lo que quería hacer, de hecho estoy seguro de que quedó muy satisfecha con el trabajo final. De algún modo el guión es a lo largo del film como la nieve: silencioso, pero equilibrado, va cayendo sobre nosotros, al igual que la nieve cae sobre el suelo, hasta impregnarlo de una patina que cuaja dejando una poderosa sensación de empatía y dolor.
Todos los protagonistas son víctimas de las "limpiezas étnicas" o la violencia llevada a cabo por los serbios en el este y centro de Bosnia con el objetivo de expulsar a toda la población bosniaca del valle del Drina y otras regiones donde hubiera población serbia (films como éstos tienen un significado mucho más poderoso si cabe en tanto que reflejan el final de una comunidad centenaria cuyo principal aedo fue Ivo Andric en "Na Drini cuprija" o "Un puente sobre el Drina").
De un modo u otro esta película se puede relacionar con el film de Zbanic, "Grbavica", el tema es el mismo: las secuelas de la guerra, y las protagonistas también son mujeres. Ambas dos se complementan a la perfección y nos dan una visión global de las heridas permanentes abiertas en el alma de la víctima de la violencia. En este caso contamos con excelentes actuaciones, a destacar la de Zana Marjanovic, por la profundidad de la que dota al personaje (que dice mucho más con los gestos que con las palabras, he aquí la clave de su virtuosa actuación). En cualquier caso hay que decir que el reparto era excelente y es difícil no sacar un buen partido a un proyecto con tal elenco de artistas. Desde mi punto de vista el guión no es para nada pobre, es justamente lo que debe ser y creo que Aida Begic era muy consciente de lo que quería hacer, de hecho estoy seguro de que quedó muy satisfecha con el trabajo final. De algún modo el guión es a lo largo del film como la nieve: silencioso, pero equilibrado, va cayendo sobre nosotros, al igual que la nieve cae sobre el suelo, hasta impregnarlo de una patina que cuaja dejando una poderosa sensación de empatía y dolor.
Todos los protagonistas son víctimas de las "limpiezas étnicas" o la violencia llevada a cabo por los serbios en el este y centro de Bosnia con el objetivo de expulsar a toda la población bosniaca del valle del Drina y otras regiones donde hubiera población serbia (films como éstos tienen un significado mucho más poderoso si cabe en tanto que reflejan el final de una comunidad centenaria cuyo principal aedo fue Ivo Andric en "Na Drini cuprija" o "Un puente sobre el Drina").
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El valor simbólico de este cine es muy importante porque representa el cierre de un ciclo histórico y cultural si se quiere, lo cual añade cierto dramatismo al espectador consciente de aquello a lo que se enfrenta en la pantalla. Alma, la protagonista, es la portadora de esos bosniacos obligados a abandonar sus hogares junto al Drina, pues ella fue expulsada de Zbornik.
Como decía más arriba todas las protagonistas han sido víctimas de la violencia y la limpieza étnica: la presencia de los seres queridos en paradero desconocido o muertos es constante en forma de fotografías y evocaciones del pasado, lo cual acentúa esa parálisis que impide a estas mujeres mirar hacia adelante. Muchas de ellas simplemente no saben cuál fue el destino final de sus seres queridos, aunque a la altura de 1997 era muy difícil que no se tuviera ya noticia de éstos si permanecían con vida. No obstante está muy bien reflejada esa angustia producida por la eterna espera del que se aferra a una nimia esperanza de reencontrarse con el pasado, vivo o muerto, para poder caminar hacia adelante de nuevo. Por eso es tan importante el momento en que Nadja y su hija descubren por fin que su marido y padre murió y, del mismo modo, Jasmina por fin sabe dónde fueron depositados los cuerpos de sus hijos. Es importante para la víctima el encuentro con la materialidad del hecho que viene atenazando su alma tanto tiempo atrás, también es importante el reencuentro con el verdugo (Miro), por mucho que resulte traumático, quien al ser increpado por qué hizo durante la guerra afirma que "luchar, como todos" (lo cual no deja de ser una triste autojustificación que penetra levemente en la mentalidad del verdugo que trata de explicarse a sí mismo como víctima de las circunstancias que le tocó vivir, de hecho las reacciones del pequeño huérfano ante la presencia del Miro son suficientemente significativas).
De cualquier forma coincido en afirmar que el pasado es demasiado abierto, es decir, parece como si la directora hubiera querido pasar rápidamente sobre esto sin profundizar excesivamente, lo cual es una pena, sin embargo la autora quiere dejar lugar a la esperanza: es muy plástica la constante presencia de casas derruidas y quemadas, símbolo de todo lo que se perdió en la guerra, o esas fotografías a las que han sido reducidas existencias individuales con sueños, tristezas y esperanzas. En cambio en la imagen final vemos a Alma con un carretillo cargado de cemento pasando junto a un montón de ladrillos nuevos junto a los que juegan el pequeño Ali y una de las huérfanas.
Como decía más arriba todas las protagonistas han sido víctimas de la violencia y la limpieza étnica: la presencia de los seres queridos en paradero desconocido o muertos es constante en forma de fotografías y evocaciones del pasado, lo cual acentúa esa parálisis que impide a estas mujeres mirar hacia adelante. Muchas de ellas simplemente no saben cuál fue el destino final de sus seres queridos, aunque a la altura de 1997 era muy difícil que no se tuviera ya noticia de éstos si permanecían con vida. No obstante está muy bien reflejada esa angustia producida por la eterna espera del que se aferra a una nimia esperanza de reencontrarse con el pasado, vivo o muerto, para poder caminar hacia adelante de nuevo. Por eso es tan importante el momento en que Nadja y su hija descubren por fin que su marido y padre murió y, del mismo modo, Jasmina por fin sabe dónde fueron depositados los cuerpos de sus hijos. Es importante para la víctima el encuentro con la materialidad del hecho que viene atenazando su alma tanto tiempo atrás, también es importante el reencuentro con el verdugo (Miro), por mucho que resulte traumático, quien al ser increpado por qué hizo durante la guerra afirma que "luchar, como todos" (lo cual no deja de ser una triste autojustificación que penetra levemente en la mentalidad del verdugo que trata de explicarse a sí mismo como víctima de las circunstancias que le tocó vivir, de hecho las reacciones del pequeño huérfano ante la presencia del Miro son suficientemente significativas).
De cualquier forma coincido en afirmar que el pasado es demasiado abierto, es decir, parece como si la directora hubiera querido pasar rápidamente sobre esto sin profundizar excesivamente, lo cual es una pena, sin embargo la autora quiere dejar lugar a la esperanza: es muy plástica la constante presencia de casas derruidas y quemadas, símbolo de todo lo que se perdió en la guerra, o esas fotografías a las que han sido reducidas existencias individuales con sueños, tristezas y esperanzas. En cambio en la imagen final vemos a Alma con un carretillo cargado de cemento pasando junto a un montón de ladrillos nuevos junto a los que juegan el pequeño Ali y una de las huérfanas.