En primer lugar decir que no pude acabar la película, no estaba en un buen momento para un final como el que nos ofrece Gaspar Noé, creo que hay que tener mucho estómago para soportar las imágenes tan escalofriantes y descarnadas del final. Los últimos ocho minutos fui incapaz de verlos, quizás algún día lo intente, pero creo que en este estado producido por la película puedo ofrecer algo a todos aquellos que traten de afrontarla. Sea como fuere quiero destacar que el intento de Noé me parece valiente, atrevido, aunque abusa de la violencia explícita. He visto films que no precisan de ese componente tan plástico y directo para mostrar lo mismo, pero dicho quede que es difícil alcanzar tamaña intensidad en cada uno de los momentos (el de la amante embarazada, los momentos finales con su hija).

Los planos directos acompañados del sonido de un disparo son impactantes, el comienzo al modo de "La Jetté" me gustó, creo que es un homenaje a este gran clásico y, en este sentido, la fotografía muy bien.

A lo largo de la película asistimos a la debacle de un individuo acosado por la propia crudeza de un pasado que lo alcanza y determina por completo su futuro: desde la acción contra el obrero que supuestamente había violado a su hija, completamente irreflexiba (porque todo sea dicho, el protagonista es un ser irreflexibo), hasta todo lo que vendrá a continuación (que no desvelaré por respeto). Podemos ver los marcos de referencia que inundan la mente del protagonista, una realidad muy común para muchos franceses nacidos durante los convulsos años de la Segunda Guerra Mundial. Vemos una sucesión de imágenes contra las que el viejo carnicero reacciona: los alemanes (por las consencuencias directas que sobre su vida tuvo la ocupación): "Todos son nazis o hijos de nazis, merecen morir"; el uso de la Guerra Fría como la posibilidad de conseguir la justicia terrenal que él mismo, desde su posición, es incapaz de alcanzar; la hostilidad contra los inmigrantes que arrebatan el trabajo y ciertos nichos de mercado a los franceses o a lo que el protagonista considera que son franceses; así un largo etcétera. Todo esto en el marco de la deslocalización industrial que sufrieron todos los países industrializados de Europa y que tantos efectos tuvo sobre las sociedades de estos países paralelamente a la crisis de los años 70 a causa del petróleo.

La película es escalofriante, no puedo decir otra cosa. "Arcadia", película posterior, me recuerda en cierta manera a ésta porque la temática y el momento es similar, si bien centradas en estratos sociales diferentes. Merece una buena nota, sin lugar a dudas, porque es un reflejo sincero y desapasionado de la vida de millones de seres por aquellos años donde, por supuesto, no todo el mundo cometió tales actos, pero sí se vio arrastrada por el odio y la impotencia. ¿La recomiendo? Sí, hay que tratar de verla, por dura que parezca.