Me disponía a ver la nueva versión de "Furia de Titanes", con bastantes ganas por mi gusto por la mitología y el cine épico, y por mi incansable búsqueda de otra película que me haga disfrutar tanto como "300", con la que comparaban a priori esta producción.
No hace falta ver muchos minutos para darte cuenta de que algo no va bien. De que la película hace aguas por todas partes, rayando lo absurdo en varios momentos. Los diálogos son inexistentes y cuando los hay son de parvulario, y las interpretaciones son bochornosas. Cómo tomarse en serio la película si los actores casi se autoparodian. Un Sam Worthington, cuya fama crece y crece, que está desaparecido en combate, sin carisma alguno, y que no le da la más mínima personalidad a Perseo. Por no hablar de Ralph Fiennes como Hades y Liam Neeson de Zeus, confirmando ese viejo truco de meter a actores famosos para supuestamente dar empaque pero que se vuelve en su contra (Eragon, Dragones y Mazmorras, etc). Las actrices son de lo más soso (Gemma Atherton y Alexa Davalos) y sólo se salvan los secundarios como Mads Mikkelsen (Rey Arturo) como Draco, cuyo personaje resulta más llamativo.
Respecto a la tecnología, cabría esperar una versión mejorada de la de Desmond Davis que protagonizó Harry Hamlin, una película que es todo un clásico del género y que sólo cogeaba con los anticuados efectos especales de Ray Harryhausen. Pero los efectos especiales están pasados de rosca, exagerados para justificarse a sí mismos y poco o nada añaden a la película (los escorpiones gigantes son de lo más ridículo)
En fin, decepcionante remake de un clásico de comienzos de los 80, rodado sin talento, con interpretaciones amateurs y en definitiva una Serie B en toda regla.