La droga. El señor Tony, padre y narrador del movimiento musical en Manchester en los 70-80, da testimonio como creyendo que realmente era un Mesías, cuando realmente lo que se creó fue música sin música, es decir, no hacia falta ser un genio, no hacia falta una melodía, no hacia falta un mensaje, solo hacia falta que sonara nuevo, fresco, y un ambiente para ello: El de la fiesta, lo simple pero excesivo, lo caótico, ropa, pose y extravagancia eran lo más importante. Y para ello, una chispa, la droga que allá por los 70 empezaba a no ser una cosa sólo de hippies, sino de rockeros, de punks, de "new wavers". Se creía muy inteligente este Tony, pero solo fue capaz de juntarse a un puñado de drogatas, y solo consiguió hacerse a una modelo que contesta con monosílabos, y tuvo suerte. Tuvo suerte de hacer algo tan grande. Algo que tan rápido creció como se esfumó: Su sello y su proyecto. Algo que mueve tanto dinero, con lo que el más tonto se ha enriquecido siempre, él consiguió echarlo por tierra y venderlo a la gente que más odiaba. Porque la "música popular", sea cual sea, es todo menos música, Tom nos enseña a ver este mundo de música popular (pop, punk, new wave, como lo queráis llamar), y aunque me guste algún grupo, a mí al menos me hace pensar de qué hubiera sido todo lo que creó sin droga de por medio, y me pregunto si tan siquiera hubiera existido. Eso si, es un gran documento, muy bien realizado y muy realista, me ha entretenido con creces. Para los que quieran saber cómo fue esto mismo, sin drogas y con mensaje, la contra de los inicios del punk en América, pueden ver el documental American Hardcore, no tiene desperdicio y relata en gran parte el movimiento Straight Edge.
PS: Me encanta el Hardcore.