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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de carlygom:
7
Serie de TV. Drama. Comedia Serie de TV (2015-2018). 3 temporadas. 40 episodios. El profesor de filosofía Merlí Bergeron (Francesc Orella) escoge a un grupo de alumnos de bachillerato para convertirlos en "los peripatéticos del siglo XXI". Como si se tratara de un nuevo Aristóteles, Merlí les enseña a cuestionar las cosas y a reflexionar. Pero, por su carácter irónico e irritante, despierta antipatías en el instituto, porque no todos los profesores están ... [+]
27 de junio de 2017
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué es un docente? ¿Un calificado agente del sistema, que debe convencerte de aguantar e integrarte, o la célula que te hace descubrir tus potencialidades para superar las contradicciones con las que te intenta someter la realidad que te rodea? Pavada de pregunta ¿no?
Pero hay una observación, por encima de todo: el docente que te muestre cualquier camino, es también humano como tú. ¿Eso es un inconveniente, o la principal razón de sus bondades, ya que al advertir que no es perfecto –sino todo lo contrario- notarás desde el vamos el problema en el que estás sumergido: nada menos que la vida y su desprolijo acontecer.
Con estos sencillos interrogantes, la “troupe” que comete “Merlí” te hará sumergir en la serie de desvaríos catalanes que se han reservado para los pacientes espectadores de esta serie de muy cuidada factura.
Todos los que hemos debido pasar indefectiblemente por los complejos avatares de la niñez y la adolescencia, y –peor- por sus respectivos procesos educativos, vamos a encontrar rápido temas de identificación y empatía con los sucesos reflejados en la pantalla.
Y por eso deseo trazar dos planos para abrazar la crítica a la serie: 1) la historia en sí y 2) los temas que enfrenta.
LA HISTORIA EN SÍ
Parte de un suceso crítico en su peor momento, el ABC de cualquier buen comienzo literario: un docente desempleado, separado, con hijo gay en el placard, que acepta cubrir un puesto temporario de remplazo, y permite al espectador descubrir desde el vamos que no es “un profesor más” sino aquel que todos hemos querido tener: desprejuiciado, rebelde, desestructurado y apasionado. En fin: algo así como un adolescente más. O mejor dicho: más adolescente que muchos de sus propios alumnos.
Interesante propuesta que va a dar para mucho por las contradicciones que descubre, y los cruces que puede generar una personalidad dislocada en un medio que fue estructurado hacia exactamente lo contrario. Y que generará mil y un entredicho con padres, colegas, autoridades, y hasta los propios alumnos.
Así montado nuestro escenario, bastará con la aparición sucesiva de cada una de las historias atadas a este personaje esbozado en su originalidad, a los que se le hará enamorar, sufrir, divertirse, pensar y hasta dar clases a un alumnado heterogéneo y con familias aún más difíciles.
LOS TEMAS
Y aquí llega la parte discutible de Merlí. En medio de las historias que le hacen vivir –o sufrir, según se lo mire- se han insertado ítems “de moda”. Algo así como “los temas que deben ser ineludibles como líneas preponderantes con que debe manejarse toda docencia”: 1) el bulliyng, 2) la sexualidad y los géneros, 3) la discriminación por raza, sexo, nacionalidad, y cualquier característica distintiva, y 4) los mandatos familiares.
Y créase o no, todavía no se avizora manera por parte de sus responsables de incluir estos candentes temas sin fijar posiciones, ni aleccionar al auditorio acerca de cuál sería la actual “posición correcta” que hay que adoptar. Es decir: desde la cómoda ubicación de productores, directores y guionistas “iluminados”, aleccionar a los espectadores acerca de cuál es la interpretación correcta del fenómeno o la contradicción que se plantee. En síntesis: no dejar los temas abiertos, tal como se dan en la realidad, sino brindando una moraleja al mejor estilo de los viejos films de Hollywood: mostrar en dónde claramente reside “el bien”.
Por lo tanto, se define que el espectador necesita que se le muestre lo malo que es burlarse del débil diferente, cómo aceptar las diferencias sexuales históricamente rechazadas, y lo mal que está criar hijos a partir de estrictos mandatos familiares. Como imposición por guionado, sin dejarle margen a las propias convicciones del espectador, que aunque se equivoque, para eso es adulto.
Sé que lo que planteo es un costado polémico: yo mismo disfruté de la forma en que se muestra en la serie, ya que ideológicamente estoy de ese lado. Pero: discúlpenme, siempre odié que quisieran convencerme, educarme o manipularme a través de moralejas.
Y viene a mi memoria el mejor ejemplo al respecto: el film “Elefante” de Gus Van Sant, el cual muestra la misma historia que le diera tanta gloria a Michael Moore (la masacre en Columbine) mostrando los hechos y dejando que el espectador mismo se encargue de entender la razón o sinrazón que movió la muerte de tantos chicos.
Es decir: a pesar de que la producción se encargue de mostrarme el camino correcto, intento sostener que se puede mostrar una historia sin pretender dejar una enseñanza…
carlygom
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