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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de William Munny:
7
Acción. Aventuras. Drama. Thriller Manny, el recluso más duro de una remota cárcel de Alaska, elabora un audaz plan y consigue evadirse con su compañero Buck. En un tren de mercancías, Manny y Buck van camino de la libertad; pero, de repente, el maquinista sufre un infarto y muere. Entonces los dos fugitivos se sienten atrapados, solos y lanzados a toda velocidad hacia una muerte segura. Hasta que descubren a un tercer pasajero: una hermosa ferroviaria que está tan ... [+]
30 de septiembre de 2006
42 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenimiento del bueno es lo que nos ofrece esta atractiva propuesta aventurera que relata la fuga de dos criminales de una cárcel de máxima seguridad en las frías tierras de Alaska. Uno de ellos (Jon Voight) es por su mal comportamiento y continua insubordinación un ejemplo a seguir para todos los demás presos, que aclaman sus desplantes al rector y festejan todas sus rebeldías. Cuando decide fugarse, tras el ira un tipo de poca personalidad, fácilmente impresionable y que adora a Voight y todo lo que éste representa (Eric Roberts).

Con la policía pisándoles los talones, los dos fugitivos pretenden huir montándose a un tren con tan mala fortuna de que nada más comenzar el trayecto el maquinista sufre un ataque al corazón y deja a la locomotora sin nadie que la dirija. A partir de aquí el viaje se tornara extremadamente peligroso para los dos protagonistas, en los que la tensión de saber que la muerte se aproxima minará sus esperanzas y dejará al descubierto sus instintos más primitivos.

Sin perder el espíritu aventurero, Konchalovsky narra no sólo un viaje frustrado hacia la libertad, sino también una historia de sueños rotos, ilusiones perdidas y dolorosos descubrimientos.
El factor psicológico no se descuida en ningún momento (se nota la mano de Kurosawa en el guión), pero al film se le podría achacar un desarrollo un tanto plano que solo se altera en los últimos veinte minutos de metraje, curiosamente cuando entra en escena Rebecca de Mornay y transforma todo lo visto hasta el momento.

Lástima que cometa un grave error al darle tanta importancia al rector de la penitenciaria y a lo que sucede fuera del vagón del tren. Debido a esto último la película pierde originalidad, frescura, y termina pareciendo algo tópica y previsible. Cosa que gracias a un final lleno de lirismo e intensidad podemos comprobar que por suerte no trasciende de lo meramente anecdótico y no acaba amargándonos el dulce del todo.

Voight está brillante (recomiendo verla en versión original), la banda sonora complementa perfectamente lo que vemos y una dirección ágil, efectiva, que no deja que baje el ritmo de la acción, que se sirve de la naturaleza como medio de expresión y que siempre está bien posicionada hace el resto.
“El tren del infierno” es por tanto un film emocionante, que entretiene como pocos y que a pesar de sus fallos te deja un grato recuerdo.
Recomendable.
William Munny
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