Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Anakin23:
10
A Silent Voice
2016 Japón
Animación
7,2
5.976
Animación. Drama. Romance La historia gira en torno a Shôko Nishimiya, una estudiante de primaria que es sorda y que al cambiarse de colegio comienza a sentir el bullying de sus nuevos compañeros. Uno de los principales responsables es Ishida Shôya quien termina por forzar que Nishimiya se cambie de escuela. Años después, Ishida busca la redención de sus malas acciones. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nishimiya Shōko es una niña sorda que llega nueva a una primaria. A causa de su discapacidad será víctima de acoso escolar por parte de sus compañeros, lo que la llevará a cambiarse otra vez de escuela. Ishida Shōya, su principal victimario, intentará redimirse, años después, por sus acciones. Esa es, en esencia, la historia que narra Koe no Katachi, adaptación del manga homónimo escrito e ilustrado por Yoshitoki Ōima, producida por Kyoto Animation, dirigida por Naoko Yamada y escrita por Reiko Yoshida, con diseño de personajes de Futoshi Nishiya y música de Kensuke Ushio.

La cinta comienza con una rutina que ha trazado Ishida para poner todos sus asuntos en orden y luego lanzarse de un puente para quitarse la vida. Sin embargo, aún hay algo que no ha conseguido hacer antes de suicidarse: disculparse con Nishimiya. Es entonces que, contado a través de flashbacks, conocemos la historia en torno al bullying sufrido por Nishimiya. Si bien además de él hay otros acosadores, es Ishida el más entusiasta respecto al tema. Y cuando Nishimiya se va de la escuela definitivamente, es él quien carga con toda la culpa. Intentando defenderse, dice no ser el único responsable y habla del resto de sus compañeros de aula que también se burlaban de Nishimiya y que consentían el acoso. A partir de ese momento, ellos se vuelven en su contra y lo convierten en una nueva víctima del acoso. Desde entonces es segregado, está siempre solo y le cuesta mucho comunicarse. Ishida no llega a disculparse con Nishimiya, sino que, al encontrarse con ella, repite unos gestos que ella le hacía en la primaria, que en lengua de señas significan: ¿Podemos ser amigos? Cuando se descubre haciendo esto por error, en lugar de su planeada disculpa, echa a correr, apenado.

Poco a poco Nishimiya e Ishida trabarán amistad y a su alrededor aparecerán personajes en los que una y otra vez, de una u otra forma, están siempre presentes los problemas de comunicación. Puede que el lector se pregunte a qué se debe mi insistencia en la comunicación, si tratamos una película sobre el bullying y la discapacidad. Lo cierto es que, aunque gran parte de la historia gira en torno a estos temas, Koe no Katachi va más allá. La mirada de su directora revela su preocupación por el mundo interior de sus personajes y es a través de ellos que explora el tema de la comunicación, o más bien de la falta de esta. El filme busca generar empatía no solo con su historia y con sus personajes, sino también colocando al espectador en el lugar de estos últimos. Para lograrlo, se vale de varios recursos sonoros y visuales. Para reflejar el mundo interior de Nishimiya, el sonido suele estar muy bajo, algunas conversaciones parecieran oírse de muy lejos, se apela al sonido ambiente o incluso en ocasiones no hay sonido alguno. De la banda sonora, las escenas melodramáticas en que aparecen Nishimiya e Ishida las interpretaciones a piano están grabadas de manera tal que también captan el sonido ambiente; en contraste, la parte instrumental es más usada para las escenas en que no aparece Nishimiya. La música y los silencios en esta película cuentan tanto o más que los diálogos y las imágenes. Por otro lado, para reflejar el mundo interior de Ishida, se acude constantemente a tropos visuales. Se usa la cámara a ras de suelo, que es a donde Ishida suele desviar la mirada, con lo que se muestran solo lo pies de los hablantes; se interponen obstáculos entre estos o se juega con la profundidad de campo para que no aparezcan en el mismo plano; se utilizan varios planos subjetivos en los que también se interponen obstáculos visuales, como en la escena en que Ishida habla con la hermana menor de Nishimiya y está el paraguas de por medio; en algunas conversaciones, en lugar de usarse el plano-contraplano, se colocan a los personajes uno junto a otro en un mismo encuadre, que luego se fragmenta en dos mitades, con los personajes en tercios opuestos, como si entre ellos hubiera una pared de por medio o se hablaran de muy lejos; y por supuesto, el recurso quizá más superficial y menos sutil, si bien perfectamente claro, que se usa en la película, es el de tachar con cruces los rostros de las personas con las que Ishida no se relaciona, aunque con el tiempo, algunas de estas cruces irán cayendo.

A destacar la metáfora que establece la autora con el puente. Pues es de un puente de donde piensa lanzarse Ishida para quitarse la vida, pero es luego otro puente el lugar en el que se reencuentran los personajes, en el que lloran y discuten. El puente que ha presenciado sus peleas y disputas, pero también la reconciliación. El puente que quiere tender Ishida, en un inicio, con Nishimiya, y luego con los demás, para que ya no haya cruces ni incomunicación.

Así pues, el espectador encontrará en Koe no Katachi una historia emotiva, con momentos realmente desgarradores; bien animada, con gran empeño en el detalle y el realismo, con una combinación dinámica del 2D y el 3D; actuada vocalmente como solo los nipones saben; con un guion sólido, un estilo sobrio, que consigue un buen ritmo para sus ciento treinta minutos de metraje, y una dirección impecable. Y es que su directora logra engranar música, sonido, fotografía y actuaciones de tal manera que la profundidad de la historia se percibe más allá del guion.

En fin, una gran película sobre la amistad y la redención, que toca, en el contexto de una época tan compleja como la adolescencia, otros tantos temas profundos y también complejos como la falta de comunicación, la soledad, la segregación, el suicidio, la discapacidad y el acoso escolar, reflejados con gran realismo a través de su galería de personajes bien construidos. Una excelente obra de la animación japonesa y mundial, pura poesía visual y narrativa.
Anakin23
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow