Aronofsky reinterpreta la historia de Noé a su manera, partiendo de una concepción fiel a la Biblia, para poco a poco convertirla en una historia más humana e intimista. Tengo la impresión de que ha querido permanecer fiel a la idea original de la propia Biblia, que en su época, fue escrita para adoctrinar a las personas en lo que consideraba los mejores valores humanos, y destacar el valor del ser humano por encima de toda la inmundicia de la que es capaz. Película con mucho mensaje y que invita a una seria y profunda reflexión, excelentemente interpretada, tanto por Russell Crowe como por Ray Winstone, con la impagable y siempre sólida presencia de Sir Anthony Hopkins. Una dirección impecable y efectista por parte de Aronofsky, creando escenas de verdadera tensión interpretativa y emocional, y unos efectos especiales a la altura de lo que exige la cinta, aunque con un cierto abuso de los gráficos generados informáticamente, que le restan realidad a los animales, los otros grandes protagonistas de la historia.