Ésta es una frase, elegida al azar, pronunciada por el personaje interpretado por Marina Gatell, un hombre metido por una especie de embrujo en un cuerpo de mujer. Con estas muestras de humor tan chispeante e ingenioso no se puede ir más allá del merecido suspenso...

"Lalola" me recuerda a las estrategias comerciales del grupillo de pop superventas del momento, que aprovechando un bombazo que han obtenido en los Cuarenta Criminales, cogen la susodicha canción resultona y la acompañan de once temas de relleno para justificar el cobrar al desorejado público los 20 euros correspondientes.

Como suele pasar en España, una serie con inicio prometedor - aunque nada original, al ser una adaptación de una adaptación de mil historias ya vistas anteriormente - se pierde en los confines de la mediocridad, gracias a unas actuaciones lamentables, unos guiones que podría escribir un niño de cuatro años y un agotamiento prematuro de la imaginación de los creativos, que recurren a meter cizaña política y futbolística para suplir el vacío neuronal que padecen.

Créanme: Mejor echad mano de la medicina infalible, "Some like it hot" o, si sois menos exigentes, de "En qué piensan las mujeres". No os escudéis en sucedáneos ridículos perpetrados por un elenco de actores cada vez más decadente, sin capacidad para transmitir nada.

Y echad un kiki guay de verdad, si podéis.