Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sirah Wiedemann:
8
Drama. Romance Falta sólo una semana para el 45º aniversario de su boda, y Kate Mercer está muy ocupada con los preparativos de la fiesta. Pero entonces llega una carta dirigida a su marido, en la que se le notifica que, en los glaciares de los Alpes suizos, ha aparecido congelado el cadáver de su primer amor. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
45 años de matrimonio. Una carta. Tres seres perdidos en dos…La propuesta cinematográfica presentada por Andrew Haigh el pasado año rescata el encanto del (buen) cine que, sirviéndose de una aparente cotidianidad, persigue como fin último inquietar al espectador sobre los pliegues emocionales más ocultos que tienden a ser reprimidos.

A una semana de celebrar su 45º aniversario, el matrimonio formado por Kate y Geoff ve tambalear los cimientos de su relación a raíz del desmoronamiento emocional al que los somete una carta procedente de Suiza. Mientras se aproxima el gran día, las confesiones y silencios van supurando heridas olvidadas y abriendo nuevas fisuras. Dulces anhelos, cuya renuncia antaño se creyó voluntaria, comienzan a vislumbrase como elementos perdidos de un viaje condenado a naufragar. Las facturas vitales comienzan a cobrar deudas atrasadas y, junto con la “eterna” duda, sedimentan obligando al subconsciente a hacer aflorar aquello negado tiempo atrás.

Rodada en tonos por lo general fríos, la fotografía se mimetiza a la perfección con las emociones que el film pretende evocar. El ritmo del metraje va acompasado a la exposición narrativa a la vez que juega alternando los momentos del día, erigiéndose así en un protagonista más: el Día, sosegado y (en ocasiones) apaciguador combate con la Noche sombría y helada que, al igual que le ocurría a Adamo en su homónima canción, obliga a cada uno a luchar con los fantasmas que nos visitan.

Con unas actuaciones brillantes de Charlotte Rampling, sobre cuyo personaje recae el mayor peso dramático, y Tom Courtenay, herido y pusilánime en su deriva existencial, “45 años” escarba con sutileza y veracidad en las brechas más profundas que se abren paso en cualquier vínculo sentimental. Todo ello para terminar magistralmente erosionando la estabilidad de las convicciones más arraigadas, ya se sabe, de nuestra hipócrita cultura occidental.
Sirah Wiedemann
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow