La película es totalmente prescindible. Típico secuestro, típico secuestrador, y típico invitado de excepción (Denzel) que se cuela en los planes del malo. El desarrollo no deja ninguna escena de acción que pueda ser recordada, y acaba como todas las de este género. No aporta nada, y cualquier otro director podría dirigir esta producción.

Un reparto lleno de estrellas para una película más bien pobre, y de esas estrellas, salvable Denzel Washington, al que es un verdadero placer ver trabajar, y que convierte cualquier papel en un trabajo lleno de virtudes e intensidad.

Es mejor esperar y entretenerse con otra cosa, aunque he de reconocer que a aquellos que les guste la acción sin pretensiones, y que quieren pasar una tarde y olvidarse de lo que acaban de ver al salir del cine, es posible que a ellos les guste. Pero creo que el cine es otra cosa.