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España España · Barcelona
Voto de Thrall:
3
Ciencia ficción. Aventuras. Acción Katniss Everdeen se encuentra en el Distrito 13 después de destrozar los Juegos para siempre. Bajo el liderazgo de la comandante Coin y el consejo de sus amigos más leales, Katniss extiende sus alas mientras lucha por salvar a Peeta Mellark y a una nación alentada por su valentía... Tercera y última entrega de la saga literaria "Los juegos del hambre" de Suzanne Collins, que se divide en dos películas. (FILMAFFINITY)
22 de noviembre de 2014
46 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso. Fui a ver esta película en sesión golfa justo el día de su estreno por puro aburrimiento, por no tener nada mejor que hacer. Y también con la intención de desconectar el cerebro de la cruda realidad que, a fin de cuentas, es la excusa que siempre utilizo para ventilarme una película de ciencia-ficción. Pensé que siendo las tantas (y siendo viernes) no habría ni cristo en la sala, que todos los adolescentes estarían de botellón, todos mis congéneres adultos en los bares y todas las venerables familias sobando a pierna suelta. Error. Me presenté al cine media hora antes y no pude escoger lo que yo llamo mi "lugar perfecto" en la sala pues ya había un ejército de excitados teenagers invadiendo el Cinesa Diagonal de Barcelona. Entre esto y que fui solo a ver la peli me sentí extremadamente viejo (rozo los 40) y objeto de miradas y expresiones como diciendo "¿Qué pinta este tío aquí si 'The Hunger Games' es PARA nosotr@s?". Tranquilos todos, mis pequeños saltamontes, que afortunadamente esta saga no es la deleznable Crepúsculo. Es una saga que respeto (o respetaba) por el simple hecho de que entretiene (o entretenía) y es de una factura técnica más que correcta (aquí no voy a usar ningún pretérito).

No voy a mencionar el grado de fidelidad con la serie literaria básicamente porque no me he leído nada de "The Hunger Games" (y Dios me libre jamás de abrir uno solo de estos libros) pero si admito que, a pesar de no haberlo hecho, me gustaron las dos primeras entregas de la saga. Se me antojaron un saludable entretenimiento visual, con un buen ritmo narrativo y una idea bien concebida que me recordaba en cierto modo a "The Running Man" de Schwarzenegger (que es mala de cojones, dicho sea de paso) con algunas pinceladas de "Starship Troopers" y "The Truman Show". De trasfondos políticos mejor no hablar porque son absolutamente de chichinabo y buscar paralelismos con alguna de las inujstas sociedades de nuestra realidad contemporánea tiene tanto mérito como soltar a los cuatro vientos que en “Star Wars” se enfrentan el bien y el mal (el mal gusto de George Lucas, pero eso es otra historia). "The Hunger Games" persigue la meta de entretener. Punto.

Dicho esto, “Sinsajo: parte I” se aparta totalemte de sus dos predecesoras, que tuvieron el mérito de atraer a un cuasi-cuarentón como yo y hacer que saliera de la sala con cierto grado de satisfacción. Si las dos entregas anteriores entretenían (lo reitero), esta tercera parte es, simple y llanamente, un enorme y suntuoso montón de…NADA. Un peñazo indigerible con un ritmo narrativo que ríase usted de las torturas en Guantánamo. Contemplar durante 123 minutos el rostro mofletudo de Jennifer Lawrence con esa perenne expresión de úlcera y sus ojillos de roedor en constante estado lacrimógeno es algo del todo insoportable. Encima la vemos vestida con un espantoso mono de operario de Fecsa, sin maquillaje y con unos pelos más propios de una prostituta albano-kosovar en horas bajas que de una heroína revolucionaria pseudo-élfica. Me da igual que DEBA salir así por exigencias del guión (o de Suzanne Collins). Uno se harta hasta decir basta de verla constantemente chupando plano y poniendo esa cara de sufrimiento y tristeza infinitos. ¿Los demás personajes? Vacuos, planos, irrisorios. Philip Seymour Hoffman, menudo epílogo le has puesto a tu vida, colega. Qué triste despedida la tuya. ¿La trama de la película? Ni idea. Yo solo veía a Jennifer Lawrence. Ahora lloro, ahora disparo flechas, ahora voy al retrete, ahora le caliento el miembro a Gale mientras pienso en cepillarme al pobre Peeta (¿o era al revés?), ahora me deprimo, ahora molesto a mi gato con la linterna mientras me deprimo otra vez….y así hasta el infinito, con la cámara siempre orbitando alrededor de su cabecita y sus abultadas facciones. Suerte que en la cuarta entrega nos esperan ingentes dosis de épica y acción que sin duda redimirán el mal hacer del director en esta primera entrega…¿verdad?
Thrall
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