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España España · Las Palmas
Voto de zepelinés:
3
Musical. Comedia. Drama Adaptación cinematográfica del musical homónimo de Broadway. Los Ángeles, 1987. Un aspirante a roquero y una chica que trabajan en el mismo club se enamoran y tratan de impedir que el local caiga en manos de unos empresarios que quieren demolerlo. (FILMAFFINITY)
8 de septiembre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta los mismísimos de ver como son incapaces en Hollywood de hacerle un homenaje serio al rock ochentero. Y no me refiero a un drama con pseudo cantautores metálicos (Rock Star). Spinal Tap era una parodia, es decir, exagera algunas verdades de una banda de rock. Rock of Ages simplemente se pasea por la comedia romántica adornándola con melodías de la MTV. Y eso es precisamente lo mejor. Como no va a gustar la banda sonora. Pues coño, en su día vendieron millones discos como Stay Hungry, Slippery when wet o Hysteria. No es atrevida. Las versiones están poperizadas. Queda bien lo de mezclar dos temas en uno, unir estribillos vamos. Pero, que coño hace More than words ahí si es de los 90. Si vas a coger a los triunfitos para cantarlas quita el fondo rockero. Utiliza esas grandes melodías para otro musical con otra temática (Moulin Rouge) Demasiadas baladas y situaciones ridículas. Es insultante que una vez más se retrate al rock star como putero, drogadicto y zumbado. Cuando coño compone las canciones si está todo el puto día bebiendo. Pintan el rock como un mundo postizo, todos se dejan llevar y nadie hace lo que realmente quiere. Juegan absurdamente con la ambigüedad de las vestimentas típicas en el hair metal y sus inclinaciones sexuales. Axl Rose y Bret Michaels, de quienes parecen haber sacado ideas para el perfil del personaje que interpreta Cruise, pasaron horas frente al piano componiendo. Lo demás lo sabe hasta mi abuela.
Decir que los mejores momentos transcurren durante las canciones pero algunas son incongruentes con las emociones y actitudes que muestran algunos actores. La única balada que mantendría, I want to know what love is, ridiculizada con una coreografía de gestos obscenos. Merece la pena verla sin gastarte un duro para solo ver a Sebastian Bach coreando We’re not gonna take it. Gran coreografía. Las escenas en las tiendas de discos, de lo mejor.
He leído por ahí la excusa que ponen muchos para valorarla como una película entretenida, las canciones. Señoras y señores amantes del rock y hair metal, reescuchen Girls, Girls, Girls, Long Cold Winter, Out of the Cellar, Pyromania y pongan esta película donde se merece. Para los que no lo son, resultará un pasatiempo agradable. Echen un vistazo a los créditos de las canciones que os interesen. Son esas letras que aparecen al final.
zepelinés
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