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España España · Barcelona
Voto de JP_Blackbird:
8
Thriller. Acción Un conocido jefe de la Yakuza (la mafia japonesa) desaparece junto con un botín de 100 millones de yenes. Su mano derecha, el sanguinario y masoquista Kakihara, y el resto del clan, emprenden su búsqueda, ya que no creen que se haya fugado. Para encontrarlo utilizarán todos los métodos que consideren oportunos, ya sea torturando o matando. Así, Kakihara consigue averiguar que lo que pensaban que era una desaparición, es en realidad un ... [+]
23 de mayo de 2008
23 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi tía Basilia exprimía los limones con el sobaco. Decía que eso daba a la limonada más gusto, y que le dejaba los alerones refrescados. Sus razones tenía, indudablemente, aunque murió de cáncer de axila. Pero dicen que eso se debe al spray de silicona que usó como desodorante mientras le duró. Los problemas de encías de sus hijos fueron, como se supone, cuestiones de otra índole. Eso sí, tuvieron siempre una sonrisa horrible.

Mi abuelo Manuel tenía por costumbre liarse todas las noches un cigarrito con hojas secas de geranio, que liaba en papel de periódico, y apagaba las cerillas a martillazos. Era de aquellos hombres que ya no quedan. Murió de alergia al plomo, tras intentar mediar en una trifulca por algo de unas lindes, o una final de copa Barça- Real Madrid. Hay varias versiones, aunque ninguna de ellas contrastada.

De mi tío León decían que murió de parto. Su hijo, mi primo Cayetano, daba fe de ello argumentando que lo recordaba con exactitud gracias a que el día de su nacimiento, Encarnita Polo había dado un recital en la plaza de toros del pueblo y que había sido su madrina, asombrada por lo extravagante del caso. Ni una entrada quedó por vender, y eso refuerza su teoría.

La película?: pues es una ida de olla respecto a un tipo que crece en un ambiente raro, y que se dedica a hacer cosas aún más raras. No hay quien entienda una poca mierda, pero tiene violencia de la ostia, muy bien hecha, y entretiene cosa mala, si tienes buen estómago o un árbol genealógico del que no te guste hablar muy a menudo. Real como la vida misma, si señor.

Podría ser familia mía, y a nadie le extrañaría: aunque al Ichi los bailes no le van, así que no se parece a mi tía Remedios, la que murió por su afán de bailar en la fiesta de la cosecha, aunque le avisaban de que estaba sobre la vía y llegaba el expreso de Irún. “Que se aparte él”, dicen que chillaba entre los pitidos del tren.

Y es que cuando se es cachondo, se ha de ser hasta el final. Como Ichi. O como mi tia Genoveva, de la que ya hablaré cuando se tercie.
JP_Blackbird
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