Esdre estaba manco de su brazo y además eligió una vida ausente de emociones.
Maria estaba tullida de sentimientos y eligió saber sentir..sentir a través de un brazo, ahora también manco como el de Esdre;
Maria sintió el desamor antes de culminar su amor.
Maria aprendió a perder, a través de un canción que cantaba al desamor, antes que ganar su amor..el de Esdre y ante todo el suyo; el propio.

Todos somos Esdre; puesto que nos llega un momento en la vida que, hastiados de que ésta, nos robe tanto, nos dedicamos a atesorar lo poco que nos queda y nos negamos a dar..transformándonos en Maria: y nos volvemos tullidos emocionalmente, niños con síndrome de Asperger, que no saben: como mirar a otra pupila, como hablarle a otra boca, y como comunicarnos y entendernos...pero entra en escena el amor. Una llamada de la naturaleza, un sentimiento indómito y animálico, un deseo universal, y lo consiguen; se aman..pero con ésto, el mundo de los sueños se queda vacío.. ya solamente duermen; se acabaron los sueños, porque la realidad los ha secuestrado para poder construirse con ellos.

Ellos lo han conseguido; se han adaptado, no a esta vida, no...es a otra; la de los sueños hechos realidad.

Y hablando de sueños: Ojalá el invierno humano algún día se deshiele.. para poder sentir respeto hacia los animales, que nacen, solo para morir despedazados y sin sueños.