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Voto de Komond Deckard:
4
Ciencia ficción. Thriller. Acción David Rice ha nacido con un misterioso poder: teletransportarse a cualquier lugar del mundo que desee. Siempre ha utilizado esta facultad para escapar de su pasado, incrementar su inmensa fortuna o conservar su independencia. Sin embargo, cuando conoce a Griffin, un exaltado trotamundos que tiene el mismo poder que él, descubre que no es un ser tan singular, sino que pertenece a un grupo de personas con anomalías genéticas ("los ... [+]
1 de marzo de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡puf! Crítica

Estamos contando la historia de un chico que puede teletransportarse, esto es, que puede viajar en menos de un segundo a cualquier lugar del mundo. Es alguien con la paciencia del que puede comerse comida china (recién hecha en China) en la punta de la torre Eiffel, tomar el postre en las pirámides de Keops y beberse el café en medio del Amazonas.

El argumento no podía ser lento y reflexivo. En una película con un protagonista así, es imposible. La estructura narrativa tiene que transmitirte la impaciencia de un Jumper, todo tiene que ir rápido, "saltarse lo aburrido". Claro, estamos tan hartos de ver eso que aquí ya no sorprende ese método. Pero contar Jumper con una estructura más pausada sería como contar Memento en orden cronológico o leer un libro en el que la protagonista pasara de un mundo en blanco y negro a un mundo lleno de color, es decir, sería algo inapropiado, no habría buena identificación entre contenido y forma.

Lo más posible, claro, es que ni siquiera fuera esa la intención, que simplemente quisieran dirigir una película palomitera más, rápida y vacía, y que coincide que siendo el tema apropiado se le pueda asociar la estructura al contenido. Los motivos me dan igual, mientras el resultado sea congruente. Si todas las películas fueran contadas en orden cronológico inverso, el hecho de que Memento lo hubiera empleado como forma de hacernos sentir pérdida de la memoria reciente tampoco hubiera tenido mayor importancia, pero aun así habría sido lo apropiado.

Eso sin contar que, aun no haciéndolo de forma crítica, es un buen símil de la sociedad actual. Sin poderes extraordinarios, cada vez más, sobre todo los jóvenes, acaban buscando saltar de una experiencia a otra, sin pretender para nada disfrutar de las pausas. Pero no es la juventud actual el único símil que se puede hacer con la película, ¿acaso no son los adictos a la lectura o al cine jumpers que quieren saltar continuamente de un mundo a otro, para acumular innumerables experiencias?

Es obvio que no es una gran película, que no es una obra maestra ni tremendamente original, pero no es precisamente su estructura lo que la hace no merecerse esos adjetivos, no es su forma lo que cambiaría, no es cómo me la cuentan, sino lo que me cuentan. Y desde luego no son precisamente explicaciones de los diversos porqués que puedan surgir al verla, ya que ese tipo de contenido afectaría negativamente a la estructura, que independientemente de otros factores, es la apropiada.
Komond Deckard
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