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España España · Zaragoza
Voto de cassavetes:
6
Drama. Romance De camino al Algarve, un hombre decide contarle a una compañera de viaje el amor más grande y más trágico de su vida. Trabaja como contable para su tío en Lisboa. Desde el balconcito de su oficina puede ver la ventana de la casa enfrente, donde vive una chica joven a la que le gusta pararse frente a la ventana refrescándose con un abanico chino. Él se enamora de ella a primera vista, pero su tío no aprueba sus sentimientos. (FILMAFFINITY) [+]
18 de septiembre de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como un divertimento hay que tomar las últimas historias llevadas a la gran pantalla por el ya centenario director portugués Manoel de Oliveira. Singularidades de una chica rubia es una historia de amor imposible tiznada de drama y de tormento y de estilo hierático (mucho plano secuencia o planos alargados). Por qué decir, entonces, divertimento. Oliveira, a sus años, “pasa” de formalidades, pero no de hacer películas que requieran del espectador un esfuerzo extra. Aunque Singularidades tenga una extensión apenas superior a la hora para contarnos un “sujeto-verbo-predicado” con alguna que otra licencia narrativa con cierto sabor cascarrabias.

Un joven le cuenta a su acompañante anónima y femenina de autocar el cómo fue la historia de su amor imposible por una chica rubia a la que conoció desde la ventana contraria de su oficina. Impedimentos familiares y profesionales interrumpirán su anhelo por dar futuro a su relación con la chica. La chica rubia.

La película está basada en un cuento del escritor portugués Eça de Queirós, una de las cumbres literarias del país luso. Oliveira ha trasladado y adaptado el relato a la época actual y el resultado es una película pequeña por longitud y por planteamientos. Estilo sobrio, austero, simple, estático. Singularidades de una chica rubia avanza sin prisas, poniendo el acento en las actitudes a menudo impasibles de los personajes, que parecen sacados por su actitud interpretativa de algún teatro experimental de vanguardia (más de una vez ni se miran a la cara cuando entre dos mantienen un diálogo. ¿Dreyer?).

Cine contemplativo, el de Oliveira en general y el de esta película, que carga a muchos pero que también tiene seguidores. El final puede pillar desprevenido a más de uno si no ha seguido con interés la historia, un final en el que sí tienes que pensar para saber lo que ha pensado el chico respecto a la chica. Planteamientos que chocan si pensamos en cine convencional, por lo que es mejor ir prevenido a una película Oliveira.

Es posible rodar historias de una hora, no es obligatorio tener que estar tres horas delante de la pantalla. Singularidades de un hombre que rebasa ya de los 100 años y que con películas cortas prosigue muy a su bola una carrera que sigue dando muestras de que tiene ganas de seguir dando guerra.
cassavetes
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