Interesante a secas y en parte decepcionado por todas las expectativas que me había creado según algunas críticas más que prometedoras. La película nos presenta una historia de amor en la postguerra polaca y que discurre a saltos de ritmos musicales por varias décadas. Muy buena fotografía en blanco y negro, muy buena banda sonora y escenas en las que podemos descubrir la Polonia más profunda de mediados del siglo XX con su telón de acero. En la otra parte de la balanza negativa, el guión no termina de convencerme ya que en ningún momento te atrapa en la historia de dos personajes que según intenta contarnos su director es el Amor en mayúscula pero que en cambio parece que no hay la más mínima química entre ellos. Los saltos en el discurrir de los años tampoco ayudan a mantener un ritmo entretenido consiguiendo un monótono intercambio de bellísimos planos fotográficos y buenas dosis musicales.