La película resulta ser un gran drama. La historia de la joven Camino es impactante y sería suficiente para construir una buena película. Pero Fesser ha querido suavizar los hechos y ha mezclado lo fantástico con el mundo de los sueños, las pesadillas, etc. para hacer más asequible la historia, que considero están fuera de lugar. La de Camino es una vida de sufrimiento, donde se entremezclan sentimiento muy fuertes: la religión y el amor, uno inducido por el fanatismo religioso de la madre y el entorno en el que gira su vida en el Opus Dei, y el otro avivado por la preadoslencia que vive nuestra protagonista. Sin duda son dos grandes recursos que Javier Fesser ha sabido narrar con maestraía en esta intensa historia. También quisiera destacar la soberbia y genial interpretación de la actriz Carmen Elías que ha sabido interpretar el papel de una madre supernumeraria (así son conocidas las casas en la Obra), cegada por la religión y los consejos de sacerdotes iluminados que priman la precedencia de los intereses de la Obra sobre la familia, como es el caso de la joven Camino.