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España España · Castellvell del Camp
Voto de Jordirozsa:
3
Terror. Thriller Una joven institutriz es contratada por un hombre que se ha convertido en el tutor de sus sobrinos tras las muerte de sus padres. Pronto descubrirá que tanto los niños como la casa esconden oscuros secretos y las cosas no son lo que aparentan. Adaptación moderna de la obra de Henry James, "The Turn of the Screw". (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En oír la expresión “Otra vuelta de tuerca”, es posible que más de uno haya pensado en el tradicional método de ejecución empleado en España, por el que mediante una argolla ajustada al cuello del reo, fijada a un poste, el verdugo iba estrangulando progresivamente a la víctima, dando vueltas a un tornillo. El condenado fallecía por asfixia o por las lesiones causadas por rotura de cervicales. ¿cruel, verdad? Pues así uno se puede imaginar el proceso que sufre gradual e inexorablemente nuestra protagonista, Kate (una despampanante rubia Mackenzie Davis), en el papel de la institutriz que acude a la lúgubre mansión donde se tiene que hacer cargo de la educación de los hermanos, Miles (Finn Wolfhard) y Flora (Brooklynn Prince), cuyos padres representa que han fenecido en un accidente automovilístico, del que la pequeña de ambos fue testigo.

La película viene a poder verse como la lenta y agónica muerte en el instrumento de suplicio: un progresivo camino hacia la enajenación mental, en un entorno de degradación psíquica y ambiental constante.

La directora a cargo del proyecto, Floria Sigismondi (¿casualidad que su nombre de pila sea tan parecido al de la niña?), parece captar el doble fondo, tanto argumental como temático que propone la novela de Henry James, “The Turn of the Screw”, escrita en 1898, en plena Era Victoriana, con todo lo que ello conlleva en cuanto a la realidad psicosocial de aquella época. Sin embargo, una propuesta más o menos fiel a la original escrita, y a algunas de sus precedentes exportaciones a la pantalla; compuesta de elementos creativos en su adaptación del set temporal a las coordenadas de una relativa época actual; atrevida en algunas interpretaciones referentes a las relaciones entre los personajes; que toma partido en cuanto a la doble lectura de la historia creada en su día por el escritor estadounidense; así como descarada en la omisión de piezas que eran claves para una cinta eficaz;… una buena candidata a modelo de horror y suspense termina en algo precipitado, chapucero, demasiado rizado para su clara comprensión, disputado entre los intereses artísticos y los económicos, y con cierre de maleta por la que salen las mangas de las camisas mal plegadas, las puntas de los calcetines, y, lo que es peor, las gomas de los calzoncillos.

Cabe reflexionar seriamente si semejante frangollo es responsabilidad de una cineasta que no sabía hacer ni la “o” con un canuto, o se trata de otra obra malbaratada por las exigencias de los “jefes” entre los que vemos asomar la sombra de Steven Spielberg. De hecho, más que eso, ya que en carne y hueso el hombre se presentaba regularmente, en calidad de productor ejecutivo, en el mismísimo set de rodaje. Ninguna de las dos opciones podría ser descartable, puesto que, por una parte tenemos a un poderoso hombre de negocios, más allá de que en sus momentos detrás de la cámara haya hecho grandes trabajos; y, del otro lado, tenemos a una tipa cuya especialidad precedente son los vídeos musicales, y alguna que otra serie de renombrada popularidad, como “El Cuento de la Criada” (2017), “Daredevil” (2015) o “Hemlock Grove” (2013), las dos últimas de terror, que si bién en ellas ya había demostrado cierto talento en sus habilidades plásticas, lo estético y lo visual, poco dicen de su maña o soltura en el desarrollo de guiones.

Una de las cualidades que no se le puede negar a “The Turning”, es la habilidosa capacidad de trasladar la acción, por mor de facilitar los procesos de identificación de los espectadores, sin perder ese aire gótico y fantasmagórico, en una época más o menos reciente (eso para los que ya, teniendo una edad, vemos los años noventa como si fuese ayer), ni más ni menos que un siglo después de que James escribiera la novela. Con lo cual queda probada su policontextualidad en las coordenadas espacio-tiempo.

De la doble lectura que se puede desprender del libro, de su ambigua interpretación, “The Turning” toma claramente partido, sin dejar ningún equívoco en cuanto a la realidad que viven los personajes en el desenlace de la película. Ello contrasta con las aparentes intenciones del guión al principio, sobretodo en la escena inicial del intento de fuga de la institutriz antecesora de Kate, que se funde en el reflejo del cristalino ocular de ésta, oculto súbitamente por la bajada de telón del párpado, dando paso inmediatamente a la escena de la conversación con su amiga. Queda bajo elipsis, todo el proceso narrativo en el que se come ya de entrada el proceso de contacto y contratación de la “canguro-mamá-profesora” a cargo del tío de los chicos. La relación entre éste y el personaje de Kate es uno de los principales elementos estructurales de “The Turn of the Screw”. Una tan desvergonzada como desafortunada omisión, que le quita muchos enteros a la cinta, y que demuestra que la intencionalidad final no es tanto la de plasmar la idea de James, como la de crear una historia de fantasmas al estilo de “Los Otros” (2001), de Alejandro Amenábar, con ingredientes lo más efectistas posible, y un amago de falsa ambigüedad narrativa para fingir que la cosa tiene relieve propio.

Es evidente que la sagacidad de Sigismondi en la dirección, y el cuidado de los guionistas (Chad y Carey Hayes) es nulo en mantener el balance entre la dimensión de lo fantasmagórico, y la de la psicosis de la protagonista (si es que la pretensión de tal equilibrio, repito, existió jamás). Con lo cual, el camino al desenlace está trazado casi desde el principio, y el destino final de Kate será algo totalmente previsible. Como mínimo, eso sí, “The Turning” logra mantener un nivel de tensión básica al saber confrontar al espectador, sumiéndole entre horror e impotencia, con la paulatina degeneración y descomposición espiritual de los cuatro habitantes de la enorme mansión.

Una de las críticas que ha recibido el planteamiento del set de la película, es que no aprovecha la infinidad de posibilidades que ofrecía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jordirozsa
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