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Voto de Travis Bickle:
7
Acción. Thriller Adaptación del falso tráiler incluido en Grindhouse. Machete es un ex federal mexicano que posee extraordinarias habilidades. Después de haber sido dado por muerto a raíz de un enfrentamiento con Torres, el rey mexicano de la droga, huye a Texas e intenta olvidar su trágico pasado. Pero allí la corrupción, además de provocar el asesinato de un senador, convierte a Machete en el hombre más buscado. Dispuesto a limpiar su nombre y a ... [+]
17 de octubre de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Machete (Danny Trejo) lo tenía todo: una familia, un trabajo, un total desconocimiento de las nuevas tecnologías, en definitiva, una buena vida. Pero como el mundo al revés premia al revés, como mantiene Eduardo Galeano, a Machete le destruyen la vida por la simple razón de tener un corazón que no le cabe en el pecho y ser un tipo honrado y ecuánime. Machete debe ser de la escuela filosófica “Crítica del cinismo”, es un atleta de la vida que, en palabras del filósofo Liberto (liberación de mercados) y principal representante de dicha corriente, “hace fluir la razón desde su consciente frente a todo inconsciente”. Y como en esta vida ser bueno se paga y si no que se lo pregunten a Pío Coronado (novela El Abuelo de Benito Pérez Galdós o película de José Luis Garci de idéntico título) es entonces cuando comprendes y ves materializada aquella pregunta/reflexión que el honorable Walt Kowalski les espetaba a los imbéciles morenos imberbes en Gran Torino: “¿Nunca os habéis cruzado con alguien a quien no deberíais haber puteado?” Ese es Machete. Presenciamos, pues, la mutación de Machete de un ser duro pero justo a una versión salvaje, ciega y desatada de Rambo.

Machete no puede estar en peor situación después de haberse quedado sin familia, que lo hayan intentado asesinar, encontrarse en situación ilegal en Estados Unidos tras su huida de Méjico y tener una cara de no esbozar una ligera sonrisa ni escuchando la historia del Risitas y las paelleras contada al gran y eterno Jesús Quintero. Machete no es un hombre blandengue y no se da por vencido, aunque se encuentre malviviendo con trabajos que poco le aportan (el Fary se sentiría muy orgulloso de él). En un momento dado, Machete es contratado como sicario para cargarse a un senador (Robert De Niro). Acepta el trabajo después de haber sido amenazado y vuelve a ser traicionado durante el operativo. Esto hace que Machete esté hasta la punta de la polla de todo el mundo y quiera venganza. Para colmo, una agente de inmigración (Jessica Alba) viene a tocarle los cojones con el tema de los papeles, pero claro, dicha agente está como para acostarse con ella sin dudarlo, aunque los hechos se sucediesen en plena pandemia por Covid-19 y la muchacha lleve encima una carga viral del copón. Por tanto, acuerdan colaborar juntos quid pro quo mediante.

Total, que aquí todo el mundo quiere cargarse a Machete y Machete lo único que hace es matar. Punto. Revienta cuerpos, mutila miembros, degüella gaznates, corta unas cuantas cabezas y provoca algunos fuegos artificiales. En definitiva, trata de restaurar la paz y el orden social. Y por supuesto, va repartiendo amor y sentimiento a toda mujer joven y bonita que se le cruza por el camino. A todo esto, se asocia también con una atractiva y explosiva vendedora de tacos (Michelle Rodriguez) con más huevos que aquel que intente torear a Olivito.

La violencia exagerada bañada en sangre es una constante a lo largo de toda la película aderezada con un humor negro y ácido. Hay chistes y comentarios graciosos, situaciones ridículas y absurdas que te hacen sentir hasta idiota de que te estén gustando y hasta la aparición de Steven Seagal no es traumática ni resta calidad, es más, es su mejor película de toda su filmografía, aunque esto tampoco signifique gran cosa cuando lo mejor de sus películas es cuando aparecen los créditos finales. Mención aparte para Robert De Niro, genial y divertido personaje por todo lo que hace, dice y esas caras que pone. El momento huida con la silla es impagable.

Película entretenida para disfrutar una tarde o noche y olvidarse durante unos minutos de las miserias del mundo que amenazan nuestra inteligencia e integridad y cuyo fondo puede resumirse, grosso modo, en tres nombres: Irene Montero, Susanna Griso y Marta Flich.

Desgraciadamente la segunda parte, Machete Kills, baja el nivel y mi esperanza estaba en que al menos lo mantuviese. Como decían Martes y 13 en su sketch del Detergente Gabriel, Machete Kills “es lo mismo pero no es igual”. Es todavía más inverosímil que la primera y esto ya es, los cameos de Antonio Banderas, Walton Goggins, Cuba Gooding Jr. O Lady Gaga no aportan absolutamente nada, y el impacto que esperaba de un grande como Mel Gibson no es el que imaginaba. Las chicas monas ya tal pero eso sí, hablando desde la más profunda de mis debilidades y sin hacer mención a sus dotes interpretativos, dejaba que Desdemona (Sofía Vergara), un personaje con más impulso que Juan Asensio, hiciese conmigo lo que quisiera, desde cosificarme a darme caña como repelente reguetonero al autotune. “Sofía, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Lucas 23:46.
Travis Bickle
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