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Voto de el hombre del coco:
9
Aventuras. Drama Imperio Romano, siglo II d.C. Marco Aurelio (160-181), el emperador filósofo, fue el último gobernante de la Edad de Oro romana. Muy a su pesar, tuvo que luchar contra diversos pueblos para defender las fronteras del Imperio. En política interior, su sueño era restaurar las instituciones republicanas, razón por la cual nombró sucesor a su protegido Livio, en detrimento de su ambicioso y corrupto hijo Cómodo. Pero éste no aceptó la ... [+]
22 de noviembre de 2016
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 1964 de nuestra era, se estrena en cines la película La Caída del Imperio Romana y resulta (redoble de tambores) un tremendo, monumental y gigantesco fracaso en taquilla.

¿Y eso porqué pudo ser? ¿Es acaso mala la película?
En absoluto, para mi, el principal motivo del fracaso de la cinta es que llega fuera de tiempo, en un momento en el que este tipo de películas ya sufrían un gran desgaste y el público o sí o sí las iba a dar ya la espalda.
Anthony Mann y seguramente es seguramente uno de los directores de cine más injustamente olvidados de Hollywood. Es verdad que casi toda su mejor filmografía vive del western o de películas que convierte en western encubiertos (El Cid, 1961) pero vivió al final de su carrera una breve etapa española bajo la tutela de Samuel Bronston y fruto de esta película nació La Caída del Imperio Romano. Y seguro que habría sido más sino hubiera fracasado como lo hizo la película.
¿Qué clase de película es? De la misma época, más o menos, tenemos otras dos películas que definen mucho el cine de la época. Cinco años antes se estrena Ben-Hur, otra de romanos con connotaciones religiosas. Comienza con un breve prólogo seguido por unos títulos iniciales que nos hablan del protagonismo único y épico de Ben-Hur (es la música quien habla) sin eliminar cierto espectro religioso. Dos años más tarde llega Spartacus (cinta que empezó a dirigir Anthony Mann, por cierto) y su inicio es muy sobrio, seco y con una música de Alex North que nos presenta a una Roma que es la mala de la película. Es una Roma militarista y fría.
Pues en 1964 Anthony Mann ya ha tenido otra oportunidad de hacer su propio pemplun y vaya si lo hace (me gusta La Caída del Imperio Romano pero aunque piense que es el propio Samuel Bronston quien lastra la película, por suerte Spartacus no tuvo el acabado que tuvo La Caída del Imperio Romano). El comienzo de la cinta es más colorido y su música nos habla en un lenguaje muy pomposo, muy recargado, muy solemne y nos habla también de un drama, de una historia de amor (la historia de Livio y Lucila). Ya no hay connotaciones religiosas (en Spartacus ya habían desaparecido), solo espectáculo.
Realmente es la historia de Livio y Lucila la que lleva el peso de la película, pero por suerte no están solo ellos: Mel Ferrer, Omar Sharif y otras muchas caras conocidas. Pero lo mejor lo dejo para el final: a la Loren (aunque no sea la mejor actriz del mundo ella es mucho Sofia Loren y llena como nadie la pantalla) y Stephen Boyd (me gusta mucho en la película y tuvo mala suerte, tanto por el cáncer del pulmón como porque sus dos papeles más conocidos fueran un fracaso, éste, y un éxito donde hacía de villano, el Messala de Ben-Hur, y en los dos con aspectos muy muy diferentes) se les suman Christopher Plummer como Commodo (sensacional, hace un poco de robaplanos), Alec Guiness (otro robaplanos) como Marco Aurelio y sobretodo James Mason (el robaplanos oficial de la película). Mason en su papel de Timónides es para mi el eje de la película, él ayuda a estructurar toda la película y su personaje se define a la perfección con una frase de Marco Aurelio “los soldados han descubierto el secreto de Timónides, pregúntale qué hora es y el te explicará la historia del calendario”.
Todos los personajes ayudan a arropar una historia de poder, ambición pero sobretodo la historia de Livio y Lucila (a través de ellos se explica el porqué de la caída de Roma).

La película es a ratos excesiva y eso la hace irregular, pero indudablemente tiene momentos únicos e impagables (no me preguntéis porqué pero en casi todo ellos sale Timónides) y pese a lo irregular de la cinta, es una notabilísima cinta de romanos. Y me temo que lo que lastra a la narración de Mann es la necesidad impuesta casi seguro por Bronston de hacerlo todo cuanto más grande mejor (se anunciaba la película como la cinta con la mejor carrera de cuadrigas jamás filmada). Lo que me lleva a otro aspecto: Ben-Hur, El Cid, 55 días en Pekín,… todas cuentan con Charlton Heston y dos ellas con Miklós Rózsa. ¿Hasta qué punto Stephen Boyd era un plan B? Se intentó que Heston protagonizara la película pero no fue posible y el “premio” fue para Boyd.

Eso sí, para la posteridad no solo varias escenas de la película, la partitura de Tiomkin tiene una pequeña rareza: suena menos “romana” incluso que el Spartacus de North, pero es sin dudarlo una gran banda sonora.
el hombre del coco
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