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Voto de nelymolanes:
7
Drama Cuando Ted Kramer (Hoffman), un ejecutivo de publicidad, es abandonado por su mujer (Streep), tiene que hacerse cargo por primera vez de su hijo: deberá conquistar el afecto del niño y hacer de padre y madre a la vez, sin descuidar su carrera profesional. (FILMAFFINITY)
30 de agosto de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kramer contra Kramer (1979) es uno de esos títulos que uno transporta en la memoria a pesar de que los detalles y las escenas parezcan haberse traspapelado en el viaje de los años. La historia, basada en la novela homónima de Avery Corman, unió sin demasiado éxito a Dustin Hoffman y Meryl Streep interpretando a un matrimonio fracasado que se disputará la tutela y el amor de su único hijo. Con esta cinta, Hoffman, que ya había sido encumbrado a la fama con El graduado (1967) y había mantenido su affaire con el público gracias a su papel en Cowboy de medianoche (1969), puso fin a una década discreta y obtuvo su gran reencuentro con el éxito encarnando a Ted Kramer, el personaje por el que ganaría su primer Oscar en 1979. La evolución de Kramer, un publicista al que su mujer abandona en la cumbre de su carrera dejándolo solo al cuidado de su hijo, eleva la película al drama y convierte a su personaje en un héroe de lo cotidiano.
Con un tufillo algo conservador, la historia deja en peor lugar a la madre del pequeño, interpretada por Meryl Streep. Una mujer con inquietudes atrapada en la vida hogareña que un día decide abandonarlo todo para reencontrarse a sí misma. Joana se presenta ante el espectador como una mujer algo desequilibrada, que ama a su hijo, a pesar de que es incapaz de permanecer atada a las imposiciones que requiere su cuidado. El filme también supuso el primer Oscar de Streep en la categoría de mejor actriz secundaria, aunque tal y como confesaría años más tarde, compartir escenario con Hoffman no fue demasiado agradable. Luis Miguel Carmona, en su libro Los 100 mejores melodramas de la Historia del Cine, recoge que la actriz se había sentido bastante violentada con el comportamiento del protagonista. "La primera vez que lo vi me dijo: soy Dustin Hoffman. Y me tocó las tetas. Pensé que era un cerdo". Y tal repugnancia se aprecia en las escasas escenas que comparten, especialmente en la nula tensión que despiertan en la disputa inicial de la película, cuando el matrimonio se separa: a Hoffman parece no importarle demasiado que se mujer la abandone y Streep demuestra poca química con el arrebatador protagonista de El graduado. Claro que Hoffman ya tenía un nombre en el star-system y Streep todavía no se había convertido en la legendaria protagonista de La decisión de Sophie, ni atisbaba los taquillazos que conseguiría en los 80 y en los 90. Tanto es así que, como cuenta Carmona, los nervios le jugaron una mala pasada y Streep olvidó su Oscar en los lavabos del Dorothy Chandler, teatro en el que se entregaban los premios de la academia.
A pesar de estas desavenencias, como en la vida misma, al final el mayor perjudicado de la cinta fue el pequeño Justin Henry. Aunque su interpretación como el hijo de los Kramer le había colocado a la cabeza en la lista de favoritos (a sus 8 años se convirtió en el actor más joven en recibir una nominación a los Oscar) el batacazo fue absoluto y no consiguió ni un solo galardón.
nelymolanes
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