John Wick, en su primera entrega para la gran pantalla, ya define lo que asentará la saga.

En el inicio se nos da claras muestras de como es John Wick, de su intento de volver a una vida normal, después del duro golpe de la pérdida de su amada. Nos hace empatizar con él y, después, nos hace entender con más detalle el porqué de su vuelta al mundo del asesinato.

No se anda por las ramas. Después del inicio, se nos presenta al verdadero John Wick, con todo su reparto de habilidades, que lo hacen único. Claramente, con una gran influencia del cine de acción japonés, pero llevado al plano criminal.

Los personajes secundarios acompañan muy bien y las escenas de acción son novedosas, bien rodadas e inteligentes. Quizás en la última parte se aborrece tanto exceso de lucha, pero, teniendo en cuenta el planteamiento de la película, cumple de sobras con su prometido.

Y lo más importante, deja con ganas de más, de seguir conociendo a John Wick, sus peripecias y de presenciar todo lo que nos han contado de él y no se ha visto. Un buen inicio para la saga.