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Voto de irian hallstatt:
9
Drama Nana (Anna Karina) es una joven veinteañera de provincias que abandona a su marido y a su hijo para intentar iniciar una carrera como actriz en París. Sin dinero, para financiar su nueva vida comienza a trabajar en una tienda de discos en la que no gana mucho dinero. Al no poder pagar el alquiler, su casera la echa de casa, motivo por el que Nana decide ejercer la prostitución. (FILMAFFINITY)
10 de junio de 2008
35 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Mi película favorita de Godard, de quien he visto solo media docenita de trabajos.
Este director tiene un estilo que me atrae; me encanta mientras guarda cierta contención, pero me exaspera cuando se desboca. En “Vivir su Vida” veo un par de aspectos que alejan este film de los demás que he visto de Godard (“Al Final de la Escapada”, La Chinoise”, “Masculin, Féminin”…): tiene una narración “lineal” (entre comillas porque es de Godard de quien hablo), de desarrollo más o menos razonable, en lo que a la evolución de la protagonista se refiere; y creo que el personaje de Nana genera una empatía que no logran otros personajes del director, por ser, en mi opinión demasiado impersonales, o incluso caricaturescos. Por lo general, los personajes que he visto en sus películas tienen una dimensión marcadamente intelectual o actitudinal, tan marcada que resultan poco creíbles; que me pueden caer mejor o peor, pero que no me provocan el interés emocional de Nana. Quizá sea porque nos presenta a Nana en el transcurso de su ruina, mostrándonos como ella experimenta y procesa su situación, como la va encajando en el terreno personal (aunque bien es cierto que sin excesiva profundidad), más que desde un punto de vista analítico o ideológico, que es lo que suele pasar con el resto de figuras “godardianas”.
Aún así, la película está llena de reflexiones, en este caso sobre la prostitución y su situación en la Francia de la época. Y aunque Nana tenga un protagonismo tiránico, muy agradecido al deslumbrante trabajo de Anna Karina, de la mano de varios personajes fugaces tenemos un montón de lúcidas perlas discursivas, incrustadas en una narración rota, esporádicamente contenida para largarnos esta u otra cavilación.

* 40 años después de Godard, Moodysson en “Lilja 4-ever” (como ya comenté en la entrada dedicada a la cinta sueca) cometerá la misma villanía que el director galo con Nana: sorber la vida de su personaje con cada secuencia (que acertada es la inclusión de la lectura de Poe). Pero cada escena en la cinta de Godard es un golpe, y un escalón hacía lo inevitable. Cada una de las doce viñetas que el director se digna dedicar a su creación es un paso en falso, y la vida de Nana va quedando atrapada en cada una: una cuenta atrás, marcada por un despiadado reloj cuyas manecillas son sables.


* Como curiosidad, esta película la vi hará relativamente poco tiempo en el cine, cuando por fin fue estrenada en España. No se porque razón la primera escena en el bar me trajo a la mente “La Pasión de Juana de Arco” del grandísimo Dreyer: imaginaos que cara se me quedó escenas mas tarde. ¿Será que en la misma primera secuencia Godard logra transmitir su vampírica intención de arruinar a su protagonista? Como Moodysson 40 años después, y Dreyer casi 40 antes. La pasión de Godard; Nana 4-ever.
irian hallstatt
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