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Voto de irian hallstatt:
8
Drama Lilja, una adolescente rusa de 16 años que ha sido abandonada por su madre, lleva una vida miserable en una empobrecida ciudad de la antigua Unión Soviética. En un ambiente dominado por las drogas y la miseria, prostituirse es el único medio para poder comer. La esperanza llega el día en que conoce al atractivo Andrei, que le promete una vida mejor en Suecia. (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2007
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como en sus dos films anteriores, es tal el realismo y la naturalidad que algunos señalarán su amenidad, que se ven del tirón, etc, pero no es hacerles justicia, pues lo que están es plenas de vitalidad. Pero en “Lilja 4-Ever”, si, tenemos esa realista crudeza, pero no el tono amable que a veces dominaba “Fucking Amal” o “Juntos”. Película dura y desgarradora donde las haya, tanto por el tema tratado, como por la forma de retratarnos la situación. Me acaba de venir a la mente que son varias las ideas que despertó en mi este film, y que dichas ideas son similares a las que tuve viendo “Vivir su Vida” de Godard: casualmente tratan la misma temática; su centran de forma tiránica en su protagonista; son particularmente realistas. Pero lo importante es que no me quito de la cabeza la sensación de que tanto Godard como Moodysson sorben la vida de sus protagonistas en cada secuencia, que las condenan desde la primera escena, y que su cámara va ejecutándolas lentamente.

Moodysson se recrea en la desventura de Lilja y la sigue en su desdicha. Lilja, con sus defectos, se hace querer, me inspira simpatía, me incita a sentir interés por su vida, y no puedo sino sentir un malestar brutal pensando que esa muchachita está al otro lado de la pantalla y que nada puedo hacer por ella. Uno debe aguantarse las ganas de susurrarle a Lilja lo que debería hacer, por no sentirse estúpido hablándole a un televisor. Pero lo importante es que la preocupación vence la certidumbre de que es una criatura de ficción, o no… Demasiado talento tiene Moodysson manipulando al espectador, y se agradece. Como he señalado antes, esta sería una de esas muestras de cine social que no se regodea en su discurso, que busca enriquecer la obra sin cercar siempre la misma perorata. Ahí tenemos al genial personaje de Volodya, enamorado a su tierna edad de su amiga Lilja, y que pese a su juventud sabe que su amiga se está metiendo en un mundo turbio y peligroso. Es muy emotiva la preocupación que el niño siente por ella; como está siempre presto a ayudarla y confortarla; el tierno afecto que le profesa. También es descorazonador que lo único que pudiese salvar a Lilja sea su amiguito de corta edad. La simpatía que despierta Lilja la despierta en igual medida el pequeño Volodya, y su suerte me tuvo intrigado tanto o más que la de ella.
irian hallstatt
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