Antonioni es el encargado de abrir esta pelicula compartida que en principio quiere hablarnos de erotismo. Antonioni nos habla de erotismo y de problemas de pareja, pero sus localizaciones idílicas, sus desnudos y sobre todo la pretenciosidad del relato hacen imposible que el espectador se involucre.

Le sigue el trabajo de Soderbergh. Este debió entender que la pelicula trataba del psicoanálisis porque si no no se entiende. Su corto, en un tono más humorístico, está totalmente carente de erotismo. Es decir, aun siendo un trabajo bien escrito y realizado no se sabe que hace dentro de esta pelicula.

El productor (o el que sea) es listo y ha dejado para el final lo mejor. La joya que borra todo el mal sabor de boca de los minutos anteriores. Wong Kar-Wai es el único que sabia de que iba la película y su pieza es de lejos la más perfecta. Tanto desde el punto de vista argumental como en la realización, el hongkonés saca los colores a los anteriores. En fin, sólo por él merece la pena ver este proyecto.