Creo que me gusta tanto porque combina muy bien dos historias en las que todos los factores en la una y en la otra son no sólo absolutamente diferentes, sino muy atractivos cada uno en su genuinidad: los roles de las protagonistas (hasta su físico), dónde vive cada una y cómo, qué clima las rodea y aunque el desastre amoroso es común, es bien cierto que cada una ha llegado ahí por circunstancias distintas. Una parece que no se ha enamorado en su vida, y la otra precisamente necesita desenamorarse. Quieren desapegarse de lo cotidiano, marcharse y cambiar el chip.

Cameron tiene la ventaja de que con su partenaire, Jude Law, hace una pareja simplemente perfecta, con una química incuestionable. Su papel es el más divertido, chispeante y glamouroso. Kate tiene que levantar su historia ella solita (Jack Black es como si no estuviera pero peor porque está, verdadero culpable de que no le de un 9) interpretando muy bien el vaivén emocional que sufre su personaje gracias a un impresentable. Ella es mi favorita de las dos, la romántica que no termina de abrir los ojos a la realidad, más introvertida y sensible, que tiene que superarse y salir de esa rueda.

En fin, ¿qué más puedo decir? La he visto miles de veces y si la dieran esta noche por la tele, allí estaría.