El paso de los años demuestra que esta película no pierde fuelle ni pasa de moda. Se ha convertido en todo un clásico de la comedia romántica.

He leido mucho sobre lo, para algunos, inexplicable de las razones de este fenómeno. Creo firmemente que, en general, las películas que abordan la transformación de su protagonista en uno u otro sentido suelen ser exitosas. En este caso el cambio es tan radical como atractivo: de la vulgaridad a la distinción, lo que atrae a todo tipo de públicos.

Encima se elige a un actor principal de peso, imán para las espectadoras femeninas... pero el bombazo determinante es ella. Julia Roberts demostró que convertirse en una estrella es algo más que ser una bella mujer y/o una buena actriz. Es un "no-se-qué" regalado a algunos privilegiados de este mundo del séptimo arte y que ella poseerá siempre. Por tanto que sea el director de casting el que se lleve todos los honores.

En fin...cada vez que surja pues... la veré de nuevo. Con eso lo digo todo.