Creo firmemente que esta historia, de haber sido contada de otro modo, no habría importado a nadie ni medio pimiento.

Lo genial de esta película es su narración, con un principio tan atractivo y cómico que engancha irremediablemente. El mostrar a los personajes con detalles insignificantes logra, dentro de la hilaridad, acercarlos al común de los mortales, tan lleno de manías o supuestas rarezas como ellos. Ellos y no la protagonista de la historia son, a mi juicio, el éxito de esta película. Amelie no deja de ser un personaje manido que se convierte en el eje central de una historia por sus bondades.Aquí aparece como un hada madrina moderna, aunque sustituya la varita mágica por pasta de dientes, zapatillas o frases intencionadas.

Por ello la primera parte de la película, donde aparecen las diferentes historias humanas, es la que más me gustó, decayendo cuando Amelie comienza a ser la protagonista de su propia historia. Perdió ahí poco a poco mi interés, remontando algo unos diez minutos antes de acabar.

Es una buena oportunidad de que se pueden contar historias de una forma novedosa y con buen gusto. Y si hubiera sido un poquito más corta...mejor que mejor.