No he encontrado plasmadas ninguna de las razones por las cuales quise ver esta película.

Me encontré con un hombre aún traumatizado por la ruptura con su novia, que conoce prácticamente al mismo tiempo a dos mujeres. Una le gusta y la otra le vuelve loco. La que le obsesiona es poco recomendable, llena de inseguridades y colgada de otro tipo. La que le gusta es una muchacha equilibrada y estable. O sea, lo de siempre.

En ningún momento se muestra ese supuesto dilema que nos venden como señuelo. Lo único que podría salvarse es la interpretación de Joaquin Phoenix, genial en sus gestos de semi-chiflado que vive en vilo pendiente de su sueño. Pero insisto, su personaje tiene una certeza. No duda. Ni tampoco al final con lo cual... enamorado sí, pero del amor.

Lo tiene claro, tanto como yo al salir del cine: esto no es lo que esperaba.