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Voto de psicobiris:
6
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama Serie de TV (2017). 18 episodios. Continuación de la serie de culto "Twin Peaks", que vuelve a contar con gran parte del reparto original además de nuevas incorporaciones. La historia continúa alrededor de los personajes de Dale Cooper (Kyle MacLachlan) y Laura Palmer (Sheryl Lee), pero 25 años después. Mientras el agente sigue atrapado en la habitación roja, su alter ego macabro y sanguinario imparte el terror a su alrededor. Un nuevo ... [+]
16 de octubre de 2017
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un amigo me dijo, a modo de crítica de esta nueva temporada de la serie:

"Twin Peaks es una serie muy buena porque puedes levantarte para ir al baño, a hacer la cena, a dormir, de vacaciones a la playa, y cuando vuelves frente al televisor no te has perdido nada"

Razón no le termina de faltar.

Entiendo las criticas odiosas que la tachan de una "tomadura de pelo", igual que entiendo las críticas que la elevan a "obra maestra". Y es que la serie nos ofrece unas cuantas de ambas, sin solución de continuidad y a partes desiguales, eso sí.

Digámoslo alto y claro, esta tercera temporada de Twin Peaks se hace muy aburrida durante demasiadas horas de su metraje. Y no me refiero a planos estáticos de varios minutos de un señor barriendo, o al gasto innecesario de minutos (que sumados nos ahorrarían un capítulo entero de la serie) en mostrarnos actuaciones de distintos grupos de música al final de casi todos los capítulos.

Lo que hace mayormente aburrida a esta Twin Peaks es la falta de alma, la falta de cariño por los personajes, la indolencia de su trama y subtramas. Y es que se nos hace degustar durante demasiado tiempo un puré insulso que se hace bola reiterando hasta la extenuación situaciones y circunstancias que no llevan absolutamente a nada. Secundarios cuyo paso por la pantalla se hace absolutamente innecesario e intrascendente: no transmiten absolutamente nada.Ni sirven para la historia principal, ni para sus propias historias. La inanidad.

Nada hay más cutre que un payaso que no hace gracia y un drama que no emociona. Y Twin Peaks se deleita durante demasiado tiempo en las dos anteriores. Salvo contadas excepciones (Dale Cooper cuando realmente es Dale Cooper, Gordon Cole y quizá algún personaje más), los personajes carecen de carisma, carecen de alma, son incapaces de transmitir ningún tipo de emoción. Ni siquiera cuando tira de nostalgia y nos reencuentra con antiguos personajes (la mujer del leño, Hawk, Sarah Palmer) apenas logra transmitir unas pocas pinceladas de emotividad.

Así las cosas, sólo queda el surrealismo, la exploración de sueños, para tratar de salvar el invento. Aquí David Lynch sí demuestra que sabe lo que hace, y aquí la serie nos ofrece momentos magistrales, también es cierto. Porque como casi toda la obra de su creador, Twin Peaks también es una disertación y una exploración de lo onírico, de lo surrealista. El espectador sí se ve aquí recompensado. La lástima es que no salva un barco que hace demasiadas aguas, e incluso algunas de dichas virtudes se ven eclipsadas por elementos demasiado bochornosos (mento uno claramente triste en el spoiler).

A modo de conclusión, supongo que, al igual que yo, David Lynch es un "experto soñador". Pero debería saber, al igual que yo, que cuando uno cuenta a sus amigos lo que soñó esta noche, muchas veces el relato se hace aburrido, pues es imposible transmitir lo que uno ha soñado con la misma intensidad con que lo "vivió". ¿Quién es el que sueña Twin Peaks? David Lynch. Y es una auténtica lástima que al contarnos un sueño tan fascinante, consiga aburrirnos tanto durante tanto tiempo del relato.

Es por ello que resulta tan inane perderse en teorías o tratar de ver la metáfora del relato. Twin Peaks, pese a ser un sueño fascinante, no transmite, no consigue emocionar. Se trata sencillamente de una extraña y alucinada curiosidad.

Así, como decía antes, ni la considero mala ni la considero una obra maestra. Es una extravagancia, ni más ni menos. A partir de ahí, en la escala en que uno entienda y/o guste del arte de David Lynch, alcanzará el orgasmo o la tildará de marcianada insufrible. Lo cierto es que no es ni lo uno ni lo otro.

La única suerte es que, para los que nos gusta Lynch, la serie consigue redimirse en sus dos últimos capítulos. Es por lo que considero que lo bueno que tiene gana a lo malo. Al llegar a su final, uno prefiere recordar joyas como el capítulo octavo o su magistral inicio, y olvidar a Dougies haciendo lo mismo setenta veces. Al menos el desenlace no decepciona: esto sí es Twin Peaks, me digo, esto sí es el Lynch que quería ver. Al final el viaje mereció la pena, aunque por desgracia el precio del billete haya estado muy por encima de la calidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
psicobiris
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